Salzburgo queda cautivada por el "Bolero" de Euskadiko Orkestra
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Tras un primer concierto en el Brucknerhaus de Linz y otros dos en el Grosses Festspielhaus de Salzburgo, Euskadiko Orkestra dará hoy por concluida una exitosa gira por tierras austríacas con una última cita en la gran sala de la ciudad natal de Mozart.
Se intuyó el éxito el primer día de Salzburgo con el Concierto para arpa de Reinhold Glière en las mágicas manos del solista francés Xavier de Maistre y la Décima de Dmitri Shostakovich. Pero ayer, 8 de febrero, el triunfo fue notorio cuando Euskadiko Orkestra y su titular Robert Treviño giraron hacia Ravel como plato fuerte del programa. Es sabido que las dos últimas grabaciones dedicadas al compositor de Ziburu han obtenido un gran éxito por todo el mundo. El secreto: haber presentado a Ravel con mirada propia, la de su lado más vasco. Tras la suite primera de Carmen de Bizet y un magistral Concierto para arpa de Alberto Ginastera por parte de Maistre en la primera parte del concierto, Euskadiko Orkestra y Treviño hicieron sonar en Grosses Festspielhaus de Salzburgo la Alborada del gracioso, Rapsodia española y Pavana para una infanta difunta hasta llegar al popular y universal Boléro. Y aquí la orquesta echó el resto, respondiendo a los caprichos de Ravel, sabiendo incorporar las distintas familias instrumentales en el in crescendo que marca la partitura.
Una enorme ovación resonó en toda la sala durante largos minutos y para la felicidad del programador, Thomas Heissbauer, quien no dudó en destacar que "no es nada habitual esta respuesta de este público tan selecto" y confirmaba al mismo tiempo "la importancia y el interés de traer a la ciudad otras culturas y orquestas menos conocidas que dan muestra del gran nivel musical que tienen y que les convierte en grandes embajadoras de sus países". En este mismo sentido se pronunciaba el viceconsejero de cultura del Gobierno Vasco, Andoni Iturbe, presente en los dos primeros conciertos de Salzburgo: "Me siento muy orgulloso de ser vasco y de que representéis a Euskadi —dijo a toda la orquesta en su ensayo de la tarde— está siendo muy emocionante; estáis siendo grandes embajadores culturales".
Robert Treviño y Oriol Roch recibieron felicitaciones por parte del público asistente, que despertó también curiosidad por la Amorosa de las Diez melodías vascas de Jesús Guridi y que la orquesta interpretó como bis, junto a la quinta Danza Húngara de Brahms y el Intermedio de las Bodas de Luis Alonso de Gerónimo Giménez.
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