Enmarcados en el Plan de Exhumaciones del Gobierno de Navarra para 2025, los trabajos impulsados por el Instituto Navarro de la Memoria han posibilitado llevar a cabo la tercera exhumación de este año en la localidad de Muniáin de Guesalaz, con el hallazgo de los restos de dos personas asesinadas en 1936, tras las realizadas el pasado mayo en Salinas de Oro / Jaitz y Genevilla.
La prospección realizada por el equipo técnico de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, encargada de las tareas arqueológicas y antropológicas gracias al convenio anual con la Dirección General de Memoria y Convivencia, ha dado sus frutos y ha confirmado las informaciones del testimonio que un vecino de la localidad había trasladado a las asociaciones AFFNA-36 y Txinparta y estas, a su vez, al Instituto Navarro de la Memoria. Este vecino, ya fallecido, indicó que, siendo niño, conoció el lugar en el que habían sido enterradas varias personas en una finca comunal de esta localidad el Valle de Guesálaz, situada junto a la carretera NA-7059.
Durante la mañana de hoy se han llevado a cabo las tareas de exhumación de las dos personas asesinadas, probablemente a comienzos de septiembre de 1936, en el contexto de la campaña de violencia política desatada por los sublevados tras el golpe de estado militar de julio de 1936. Según el testimonio recogido por las asociaciones AFFNA-36 y Txinparta podría haber hasta cuatro fosas individuales, en una de las cuales podrían hallarse los restos de un militar que fue enterrado con el uniforme.
Podría tratarse del capitán de artillería Gregorio del Campo Mendoza que, según fuentes de su propia familia, fue detenido el 19 de julio de 1936 en el cuartel de Palafox (Zaragoza), donde estaba destinado y trasladado al Fuerte de San Cristóbal, donde permaneció hasta el 6 de septiembre. En esa fecha salió del Fuerte y fue conducido a las proximidades de Muniáin donde, tras ser atendido por el párroco de Salinas de Oro, fue asesinado junto con otras personas. En los meses siguientes al levantamiento militar de julio, se produjeron numerosas "puestas en libertad" cuyo destino no fue otro que el asesinato en lugares más alejados de Pamplona / Iruña. Uno de estos lugares fue el Alto de Etxauri y sus proximidades. Algunos vecinos de estos pueblos, como los de Muniáin, encontraron cadáveres y les dieron sepultura en los campos próximos.
En este lugar, la Sociedad de Ciencias Aranzadi, había realizado varias prospecciones anteriormente. En los años 2009 y 2010, impulsadas por las citadas asociaciones, y en 2024 dentro del Plan de Exhumaciones del Instituto Navarro de la Memoria. Las transformaciones realizadas en el lugar a lo largo de los años han dificultado la localización de la fosa, que ha sido posible en esta ocasión gracias al testimonio que en agosto de 2024 recogieron los técnicos de Aranzadi, a petición de las asociaciones, a un vecino de la localidad que les indicaba que, siendo niños, veían el lugar donde estaba la fosa desde la ermita de Santa Cruz, en la Sierra de Sarbil.
Se desconoce la identidad de estas personas. Se ha de tener en cuenta que, pese a que esta zona está más alejada de la capital navarra que otros lugares donde se cometieron decenas de asesinatos, hay indicios y testimonios suficientes que apuntan a la existencia de distintas fosas en la zona y que fueron varias las personas asesinadas en este valle, aunque la falta de precisión en las informaciones dificulta el esclarecimiento.
En cualquier caso, como ha señalado la vicepresidenta y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera del Gobierno de Navarra, Ana Ollo, "el de estas dos personas asesinadas es un círculo que nunca se debió abrir y que hemos conseguido cerrar. Sus restos los hemos encontrado pasado mucho tiempo, gracias a la colaboración de asociaciones memorialistas como AFFNA 1936 y Txinparta, la Sociedad de Ciencias Aranzadi, el Instituto Navarro de la Memoria y muy especialmente vecinos del propio pueblo de Muniáin, a sus testimonios. Los de Lucio y Domingo Zabalza Andueza".
La vicepresidenta ha querido añadir que "vivimos una época de negacionismo de ese pasado violento que fue la Guerra Civil y la posterior represión franquista. Lograr sacar a la luz los restos de estas personas, que han estado enterradas en el olvido y la desmemoria, es un paso importante que damos en la construcción de una memoria democrática, con la que el Gobierno de Navarra reitera su compromiso".
En el acto también ha estado presente Domingo Zabalza Andueza, vecino de Muniáin de Guesálaz de 95 años, que, junto con su hermano Lucio (fallecido en 2012 a los 83 años), dio un testimonio que ha resultado crucial para el hallazgo de los restos. "De jóvenes, el día 9 de mayo subíamos en romería (desde Muniáin) a la ermita de Santa Cruz", ha recordado Zabalza. "Desde allí arriba veíamos que en el campo, en la parcela, el cultivo crecía de forma diferente. Ahí es donde los enterraron cuando tenía 6 años".
Recuperación de 160 restos mortales en diez años
En los diez años (2015-2025) de vigencia del Plan de Exhumaciones del Gobierno de Navarra han sido recuperados ya 160 restos mortales en 35 exhumaciones, además de otras 121 prospecciones que no terminaron en exhumación. Los trabajos continuarán en las próximas semanas para desarrollar el plan aprobado en enero de este año.
Desde el Instituto Navarro de la Memoria se hace un nuevo llamamiento a la colaboración ciudadana, tanto para la localización de posibles fosas, como para encontrar familiares de personas represaliadas cuyas muestras genéticas puedan permitir nuevas identificaciones. Quienes puedan tener información relativa a localizaciones de fosas o enterramientos o deseen compartir su testimonio, pueden ponerse en contacto con el Instituto Navarro de la Memoria a través de la siguiente dirección de correo electrónico: inm@navarra.es.