No trabajamos solos. KAL A (Miguel Sotos, Sofía Romeo)
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La industrialización aplicada a la construcción y a gran parte de la actual cultura material intenta constantemente, con mayor o menor acierto, replicar la textura y apariencia de los materiales naturales. En un ejercicio aparentemente banal, estos procesos han degenerado en una excesiva plastificación o "gresificación" de lo que nos rodea (plásticos que emulan madera, mármoles sintéticos, fibras textiles que imitan el algodón o la seda y productos cerámicos que lo imitan todo) creando realidades puramente sintéticas. Este fenómeno, impulsado por la búsqueda de eficiencia y reducción de costes, inunda los espacios que habitamos y lo hace dejando una huella imperecedera de residuos, inhabilitada para reciclarse o reutilizarse. Además, esta capacidad imitativa, es incapaz de capturar las propiedades intrínsecas y la inteligencia adaptativa de los materiales originales, limitándose a una apariencia superficial que sacrifica su esencia.
Los materiales naturales, como la madera, el acero o la piedra, poseen características únicas derivadas de su origen biológico o geológico. Estas propiedades, tales como la porosidad, flexibilidad, durabilidad o respuesta a condiciones ambientales, no pueden ser replicadas en su totalidad por la ingeniería. La madera, por ejemplo, no solo es un recurso renovable y almacén natural de carbono, si no que se adapta al clima de su entorno, y la forma de extraerla y trabajarla, heredada a través de los oficios, abre una puerta a una todavía mayor optimización de los procesos constructivos. Los sustitutos industriales, además, terminan generando impactos ambientales graves, debido a su origen petroquímico o a procesos energéticos intensivos.
La artesanía, por su parte, representa un diálogo respetuoso con lo natural, de la que es fácil extraer aprendizajes escalables. Las técnicas tradicionales, desarrolladas y evolucionadas a lo largo del tiempo, aprovechan las propiedades inherentes de los materiales en lugar de tratar de imponerles una funcionalidad artificial y específica, aprovechando el trabajo que estos hacen por sí mismos.
CV breve: KAL A es un estudio de arquitectura fundado en Madrid en 2017, actualmente está dirigido por Miguel Sotos Fernández-Zúñiga y Sofía Romeo Gurrea-Nozaleda.
KAL A combina la práctica de la arquitectura con la carpintería, enfocada en dar soluciones a través de un proceso pausado, colaborando con pequeñas industrias locales, artesanos y una amplia producción de detalles y muebles elaborados artesanalmente en su propio taller. Creen que la arquitectura se revela a través de las conexiones que hacemos entre paisaje, cultura, patrimonio y materialidad. KAL A está trabajando en proyectos importantes, desarrollando su práctica a través de encargos privados en proyectos de vivienda, oficinas y uso mixto. Participan activamente en proyectos editoriales a través de Calmo Editions, editorial independiente fundada en 2020.