El túnel de Guadarrama, pionero en la alta velocidad en España
Resumen autogenerado por OpenAI
Audios generados (reproducción automática)
Los audios se reproducen de forma automática uno detrás de otro. Haz clic en el icono para descargar el audio o aumentar/disminuir la velocidad de reproducción.
Debido al tamaño del artículo, la generación del audio puede tardar unos segundos y es posible que se generen varios audios para un mismo artículo.

El túnel de Guadarrama es una de las estructuras más destacadas de la Línea de Alta Velocidad Madrid-Segovia-Valladolid. Su trazado discurre entre el término municipal de Miraflores de la Sierra (Madrid) y las inmediaciones de la capital segoviana. Con una longitud de 28,4 km, es el túnel ferroviario más largo de España, el cuarto de Europa y el octavo del mundo.
La construcción del túnel de Guadarrama, que constituye la piedra angular del corredor de alta velocidad que une Madrid con las principales ciudades del norte y el noroeste del país, supuso un desafío por las características de la sierra que atraviesa y se convirtió en una de las obras de ingeniería más grandes ejecutadas en España.
Con un presupuesto de adjudicación de 1.219 millones de euros, las obras de perforación de este túnel de doble tubo, con una separación de 30 m entre ejes, se llevaron a cabo durante 32 meses, finalizando en 2005. En su construcción llegaron a trabajar conjuntamente 4.000 personas.
En su perfil longitudinal, desde el lado de Madrid, el túnel arranca a una altitud de 998 metros y alcanza la cota máxima de 1.200 metros con una pendiente media de 1,5% para después descender hasta los 1.114 metros, ya en la salida de Segovia, con una pendiente de 0,9%.
El perfil geológico del túnel presenta cinco grandes tramos según la naturaleza de las principales unidades que atraviesa el trazado, dándose granitos y genises de gran consistencia, dureza y abrasividad.
Una gran infraestructura en una zona protegida
El macizo de Guadarrama está declarado zona especialmente protegida. Por este motivo, el túnel de Guadarrama se construyó sin el empleo de ataques intermedios (perforaciones superiores), convirtiéndose en el primer y único túnel de alta velocidad construido de esta forma.
La perforación se llevó a cabo mediante cuatro tuneladoras, dos por cada uno de los tubos que lo componen. Estas máquinas fueron diseñadas de forma específica para roca extradura adaptándose a las características del trazado y la geología del macizo de la Sierra de Guadarrama. Entre las cuatro, extrajeron más de 4 millones de metros3 de roca.
Cada una de las tuneladoras, dos desde la Boca Sur, en Madrid, y las otras dos, desde la Boca Norte, en Segovia, avanzó a un ritmo medio de unos 16 metros diarios. Simultáneamente al proceso de perforación, las tuneladoras colocaron los anillos de dovelas que conforman el revestimiento interno del túnel.
El diámetro de excavación de estas tuneladoras es de 9,5 metros aproximadamente y, una vez recubierto por el anillo de dovelas de 32 centímetros de espesor, se reduce a 8,5 metros. Tras este proceso, el túnel queda listo para la instalación del resto de elementos ferroviarios.
El proceso constructivo del túnel se desarrolló siguiendo un criterio de mínimo impacto ambiental. Desde el inicio de la construcción se implantaron las medidas necesarias para la integración medioambiental de las obras y para proteger el sistema hidrológico, la fauna y la vegetación.
Además, casi el 30% del material excavado en la perforación del túnel se aprovechó para la fabricación de hormigón, en las plantas de dovelas. El resto se dispuso en vertederos autorizados por las autoridades medioambientales.
La seguridad, una prioridad
La seguridad del túnel fue una de sus prioridades en su diseño y construcción. En este ámbito, el túnel cuenta con galerías de interconexión, situadas cada 250 m. No obstante, durante el proceso de construcción se perforaron estas galerías cada 1.000 metros con el fin de garantizar la seguridad de los trabajadores.
En mitad del túnel, entre los dos tubos, se encuentra la sala de emergencia, de 500 m de longitud, con capacidad para 1.200 personas. Esta sala dispone de un sistema de ventilación propio que le garantiza aire fresco durante 48 horas en caso de incendio.
El túnel de Guadarrama está vigilado por un centro de control desde el que se supervisan las instalaciones de ventilación, aireación de galerías y sala de emergencia, energía, iluminación, señalización, comunicaciones y detección y extinción de incendios.
LAV Madrid-Segovia-Valladolid
La LAV Madrid-Segovia-Valladolid, puesta en servicio en diciembre de 2007, se convirtió en el primer tramo que entró en funcionamiento de los corredores norte y noroeste de alta velocidad, constituyéndose en el elemento fundamental para el desarrollo ferroviario de esta zona del país.
La LAV cuenta con una longitud total de 179 km, y en su trazado hay 18 viaductos (que suman una longitud de 2 km), 4 túneles y 3 estaciones. Además del túnel de Guadarrama, entre sus estructuras singulares destacan los túneles de San Pedro y el viaducto de Arroyo del Valle.