El singular viaducto de La Concha de Artedo en la Autovía del Cantábrico (Asturias)
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El viaducto de La Concha de Artedo es una de las estructuras más singulares de la Autovía del Cantábrico (A-8), que conecta el País Vasco y Galicia. El viaducto está en Asturias, en el tramo Muros del Nalón - Las Dueñas, y permite salvar el río Uncís, la carretera N-632a t la línea de ferrocarril de ancho Métrico (antigua FEVE).
Desde la gran estructura de hormigón, considerada una de las obras de ingeniería más sobresalientes de la región por su altura (106 metros) y su longitud (unos 1.190 metros), se ven la playa de la Concha de Artedo y el valle de las Luiñas, corazón vaqueiro de Cudillero.
Así, el viaducto de la autovía sobrepasa al puente original de la nacional N-632, que cruza el horizonte de la Concha de Artedo 30 metros más abajo, convirtiéndose, tras su puesta en servicio, en marzo de 2013, en la estructura más alta del Principado y de la A-8. Desde entonces, por Artedo cruzan dos puentes y tres carreteras superpuestas.
El puente también destaca por la anchura de su tablero, de 22,80 metros (m), que permite albergar conjuntamente las dos calzadas de la autovía, por sus pilas de hasta 102 m de altura sobre el fondo del valle y su técnica constructiva: con dovelas prefabricadas en voladizo a 110 metros de altura.
El viaducto cuenta con un total 16 pilas y 17 vanos con una luz máxima (distancia entre pilas consecutivas) de 75 m. El presupuesto invertido exclusivamente en esta estructura asciende a 42,7 millones de euros.
La puesta en servicio del tramo de la A-8 del que forma parte del puente de la Concha de Artedo ha permitido mejorar las condiciones circulación y la seguridad vial en la zona, al servir como alternativa a la N-632 y evitar enlaces conflictivos. Además, cuenta con elementos de protección instalados en los laterales del viaducto que reducen riesgos como los derivados del viento.
Construcción
Así, como ya se ha señalado, el tablero de hormigón pretensado se construyó mediante la técnica de voladizos sucesivos utilizando dovelas de hormigón prefabricadas de entre 2,0 y 2,19 m de longitud, 3,70 m de canto y 10,70 m de ancho. Las dovelas se han cosido entre si utilizando cables de acero pretensado. El resto de la anchura del tablero (hasta 22,80 m) se consigue mediante una losa de hormigón armado en voladizo construida in situ y apoyada a intervalos en jabalcones prefabricados.
En cuanto a medios auxiliares, la colocación de las 561 dovelas prefabricadas del tablero ha requerido la utilización de una cimbra autolanzable y la puesta en obra de los 4.500 metros cúbicos de hormigón de la losa del tablero de un carro portaencofrados.
El montaje del cajón central se realiza por avance en voladizo con dovelas prefabricadas montadas con cimbra autolanzable. Este sistema permite una elevada velocidad de construcción con una gran calidad del acabado gracias a la aplicación de procesos industrializados.
En noviembre de 2012, el Ministerio realizó la prueba de carga perceptiva para comprobar que el viaducto se comporta de acuerdo con lo previsto, confirmando la bondad de las hipótesis de proyecto, el correcto diseño y la satisfactoria ejecución de la obra.
Para ello, fue necesario cargar la estructura con un total de 24 camiones con un peso de 40 toneladas cada uno. Los camiones se distribuyeron sobre el viaducto en diferentes posiciones para reproducir los estados de carga más desfavorables que podrían surgir durante la vida útil de la estructura.