La Comunidad de Madrid organiza una jornada para dar a conocer herramientas funcionales y psicosociales para la evaluación e intervención del deterioro cognitivo
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La Comunidad de Madrid ha organizado una jornada para dar a conocer herramientas para la evaluación e intervención del deterioro cognitivo, las nuevas propuestas y los distintos estudios de investigación sobre las variables que influyen en esta afección.
La Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, a través de la Dirección General de Atención al Mayor y a la Dependencia, en el marco de la "Escuela de Cuidados de larga duración" que desarrolla el Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía, ha organizado esta jornada cuyos principales objetivos son comprender la relación existente entre la cognición y la funcionalidad cotidiana, conocer el tipo de evaluaciones e intervenciones que se están realizando desde los distintos niveles de la atención sociosanitaria y entender la importancia de las intervenciones personalizadas.
El director general de Atención al Mayor y a la Dependencia, Óscar Álvarez, ha sido el encargado de inaugurar este encuentro, al que se han inscrito más de 400 profesionales de centros socio sanitarios.
Esta jornada da continuidad al simposio celebrado el pasado mes de noviembre, aportando nuevas estrategias preventivas y terapias de intervención que permiten mejorar el bienestar y el mantenimiento de las capacidades funcionales y psicosociales de las personas.
En su intervención, el director general ha puesto de relieve el compromiso de la Comunidad de Madrid con el modelo de Atención Centrado en la Persona (ACP). "La materia que se va a tratar hoy en este encuentro es una prioridad en nuestras políticas para lograr un mayor y mejor bienestar en el cuidado de las personas mayores y dependientes, adaptando los cuidados a cada persona, de una manera integral, favoreciendo su autonomía y respetando su libertad y su dignidad más allá de sus circunstancias personales", ha señalado.
Además, ha explicado que "la edad es uno de los factores de riesgo para desarrollar deterioro cognitivo y las personas que llegan a etapas avanzadas de envejecimiento es cada vez mayor. Conocer, entender y abordar todas las áreas implicadas en la pérdida de capacidades cognitivas es una tarea compleja. Las consecuencias del deterioro cognitivo afectan no sólo en la persona en su dimensión física, psicológica y emocional de su vida cotidiana, sino que impacta también en su entorno social y familiar. Por eso es responsabilidad de todos dedicar espacios como este, a la difusión de conocimientos y experiencias que nos permitan avanzar en la detección de casos y en su intervención", ha concluido.
