DECRETO 53/2025, de 30 de junio, por el que se declara bien de interés cultural del patrimonio inmaterial A Rapa das Bestas de Sabucedo.
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III. Otras disposiciones
Consellería de Cultura, Lengua y Juventud
DECRETO 53/2025, de 30 de junio, por el que se declara bien de interés cultural del patrimonio inmaterial A Rapa das Bestas de Sabucedo.
I
La Convención de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para Salvaguardar el Patrimonio Cultural Inmaterial define al mismo como los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que son inherentes a ellos- que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural, y que se transmite de generación en generación, recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su ambiente, su interacción con la naturaleza y su historia, introduciendo un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo, de este modo, al respecto de la diversidad cultural y a la creatividad humana.
La Comunidad Autónoma de Galicia, al amparo del artículo 149.1.28 de la Constitución y según lo dispuesto en el artículo 27 del Estatuto de autonomía, asume la competencia exclusiva en materia de patrimonio cultural y, en ejercicio de la misma, se aprueba la Ley 5/2016, de 4 de mayo, del patrimonio cultural de Galicia (LPCG).
El artículo 1.2 de la citada LPCG establece que el patrimonio cultural de Galicia está constituido por los bienes muebles, inmuebles o manifestaciones inmateriales que, por su valor artístico, histórico, arquitectónico, arqueológico, paleontológico, etnológico, antropológico, industrial, científico y técnico, documental o bibliográfico, deban ser considerados como de interés para la permanencia, reconocimiento e identidad de la cultura gallega a través del tiempo.
El artículo 8.2 de la LPCG dispone que tendrán la consideración de bienes de interés cultural aquellos bienes y manifestaciones inmateriales que, por su carácter más singular en el ámbito de la Comunidad Autónoma, sean declarados como tales por ministerio de la ley o mediante decreto del Consello de la Xunta de Galicia, a propuesta de la consellería competente en materia de patrimonio cultural, y se inscribirán en el Registro de Bienes de Interés Cultural de Galicia, después de la incoación y tramitación del expediente, según dictamina el título I de la LPCG y el Decreto 430/1991, de 30 de diciembre, por el que se regula la tramitación para la declaración de bienes de interés cultural de Galicia y se crea el Registro de Bienes de Interés Cultural.
El artículo 9.3.a) de la LPCG establece que se consideran bienes del patrimonio cultural inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas, junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes, que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. En concreto, en el ordinal 5º de este artículo se incluyen los usos sociales, rituales, ceremonias y actos festivos.
El artículo 70.4 de la LPCG dispone que la declaración de interés cultural de un bien inmaterial requerirá la petición expresa previa de las comunidades y organizaciones representativas del bien, que será incorporada al expediente que se tramite.
El artículo 70.5 de la LPCG establece que la declaración de interés cultural de un bien inmaterial reconocerá su carácter vivo y dinámico.
El artículo 70.6 de la LPCG expone que la declaración de interés cultural de un bien inmaterial recogerá el marco temporal y espacial en que el bien se manifiesta, así como las condiciones concretas en las que se produce.
El artículo 91 de la LPCG indica que integran el patrimonio etnológico de Galicia los lugares, bienes muebles o inmuebles, las expresiones, así como las creencias, conocimientos, actividades y técnicas transmitidas por tradición, que se consideren relevantes o expresión testimonial significativa de la identidad, la cultura y las formas de vida del pueblo gallego a lo largo de la historia.
A Rapa das Bestas de Sabucedo, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional en 2007, es el nombre que recibe en la actualidad el conjunto de las operaciones que se celebran, principalmente, en la parroquia de Sabucedo, ayuntamiento de A Estrada, provincia de Pontevedra, durante cuatro días a contar desde el primer viernes del mes de julio: viernes, sábado, domingo y lunes.
Las operaciones que conforman la manifestación inmaterial de A Rapa das Bestas consisten en recoger los caballos silvestres, denominados tradicionalmente bestas, que viven durante todo el año libres y divididos en diversas manadas en una extensión de sesenta kilómetros cuadrados de monte, denominado genéricamente Montouto y perteneciente a varias parroquias de varios ayuntamientos, y conducirlos a Sabucedo. Esto se realiza durante toda la jornada del viernes y durante la mañana del sábado y recibe el nombre de baixa. En ella participan, junto con el vecindario, cientos de personas de toda Galicia y de fuera de ella. El sábado por la tarde, el domingo y el lunes, las bestas son introducidas en el recinto del curro para raparlas, es decir, para cortarles las crines, al tiempo que se desparasitan. Dentro del recinto del curro, la rapa es realizada por los aloitadores y aloitadoras en una lucha cuerpo a cuerpo, denominada «aloita», en la que se inmoviliza el animal con la finalidad de raparlo.
Integrada en el contexto histórico de cada momento, la rapa es, además, una de las fiestas más antiguas de Galicia, con una antigüedad constatada documentalmente de como mínimo tres siglos, donde los valores de autenticidad, identidad y voluntad colectiva convierten a Sabucedo, una aldea que durante el año no supera los sesenta habitantes, en el centro de atención de todos los medios del país y de fuera de Galicia.
II
La Dirección General de Patrimonio Cultural publicó en el Diario Oficial de Galicia, número 128, de 3 de julio, la Resolución de 18 de junio de 2024 por la que se incoa el procedimiento para declarar bien de interés cultural del patrimonio inmaterial A Rapa das Bestas de Sabucedo.
El artículo 18.2 de la LPCG establece que es necesario el informe favorable y motivado sobre su valor cultural singular de, por lo menos, dos de las instituciones consultivas especializadas a las que se refiere el artículo 7 del citado texto legal. Después de realizado este trámite, constan en el expediente administrativo los informes favorables y motivados sobre el valor cultural singular da manifestación inmaterial precisos para proceder la declaración de bien de interés cultural de A Rapa das Bestas de Sabucedo.
En el período de exposición pública de la propuesta de incoación y del expediente administrativo no se presentaron alegaciones en plazo a la incoación del procedimiento de bien de interés cultural.
En la tramitación del expediente, por tanto, se cumplieron todos los trámites legalmente preceptivos de acuerdo con la normativa vigente.
En su virtud, a propuesta del conselleiro de Cultura, Lengua y Juventud y previa deliberación del Consello de la Xunta de Galicia en su reunión del día treinta de junio de dos mil veinticinco,
DISPOÑO:
Primero. Declarar bien de interés cultural A Rapa das Bestas de Sabucedo, como manifestación del patrimonio inmaterial de Galicia, según la descripción recogida en el anexo I y las medidas de salvaguarda establecidas en el anexo II de este decreto.
Segundo. Ordenar que se anote esta declaración de bien de interés cultural en el Registro de Bienes de Interés Cultural de Galicia y que se comunique al Inventario General del Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado.
Tercero. Publicar este decreto en el Diario Oficial de Galicia y en el Boletín Oficial del Estado.
Cuarto. Notificar este decreto al Ayuntamiento de A Estrada y a la Asociación Rapa das Bestas de Sabucedo.
Quinto. Contra este acto, que agota la vía administrativa, las personas interesadas pueden interponer potestativamente recurso de reposición en el plazo de un mes desde el día siguiente a su publicación ante el órgano que dictó el acto o, directamente, interponer recurso contencioso-administrativo en el plazo de dos meses desde el día siguiente a su publicación, ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
Disposición final primera. Eficacia
Este decreto tendrá eficacia desde el día siguiente a su publicación en el Diario Oficial de Galicia.
Santiago de Compostela, treinta de junio de dos mil veinte y cinco
Alfonso Rueda Valenzuela
Presidente
José López Campos
Conselleiro de Cultura, Lengua y Juventud
ANEXO I
Descripción de la manifestación inmaterial
1. Denominación: A Rapa das Bestas de Sabucedo.
2. Naturaleza y condición:
• Naturaleza: inmaterial.
• Condición: manifestación.
• Categoría: los usos sociales, rituales, ceremonias y actos festivos (artículo 9.3.a).5º LPCG).
• Interés: etnológico.
3. Contexto histórico de A Rapa das Bestas de Sabucedo.
La existencia desde tiempos inmemoriales de manadas de caballos en estado salvaje en los montes que circundan la parroquia de Sabucedo queda demostrada en los abundantes petroglifos que se encuentran en la zona; de la misma manera que ocurre en algunos de los lugares en los que se siguen celebrando curros y rapas, como los de Oia, O Baixo Miño o Catoira. Estos grabados muestran, por tanto, la importancia simbólica que tenían en época protohistórica, junto con los ciervos, los caballos.
En la Edad Media, en concreto a comienzos del siglo XIII, según las investigaciones hechas hasta el momento, es cuando se tienen las primeras noticias de la cría y aprovechamiento de los caballos que viven en libertad en los montes de Sabucedo, como lugar dependiente del monasterio de San Lourenzo de Carboeiro.
Sabucedo pasa a depender desde 1410 del Cabido de Santiago de Compostela después de la anexión del monasterio de Codeseda, con el que se va a mantener durante toda la Edad Moderna la dependencia eclesiástica, continuadora de la anterior dependencia de Sabucedo de los monasterios de Carboeiro y de Codeseda. Esta dependencia señorial conlleva un deber secular que el vecindario de Sabucedo tiene con sus señores y con el aprovechamiento de las bestas, para cuyo fin las hay que cuidar y mantener.
Será en este contexto donde va a comenzar a surgir, durante el siglo XVIII, la historia concreta de la celebración de la rapa das bestas como acto que trasciende los trabajos tradicionales de manejo ganadero que se dan en otros curros que aún se celebran en Galicia para convertirse en un evento hondamente identitario y festivo.
Como se desprende de las anotaciones de los libros parroquiales, parece que la rapa se realizaba con una finalidad -la venta de las sedas continuó hasta los años 70 del siglo XX- y en una forma semejante a la actual desde por lo menos el primer tercio del siglo XVIII. En el año 1724, en la orden del arzobispo Miguel Herrero Esgueva de que las sedas de las bestas sean para la Iglesia, es donde figura la primera noticia, que consta a día de hoy, referente al hecho de rapar las bestas, es decir, cortarles las crines a los caballos.
Los primeros curros de los que se tienen constancia son los que se celebraban en el atrio de la iglesia, que periódicamente era objeto de daños y reformas. Así, en la petición de licencia que hace en 1778 el párroco Felipe Carabeo para la construcción del actualmente conocido como «curro vello», se explican todas las inconveniencias de celebrar el curro en el espacio del atrio de la iglesia y las incomodidades que estas operaciones causan y solicita permiso para construir un recinto en los terrenos anexos pertenecientes al iglesiario, de poca utilidad. El «curro vello» estuvo en uso desde su construcción hasta que en el año 1997 se inauguró el «curro novo».
El arraigo del que disfrutaba la fiesta desde antiguo entre el vecindario queda probado en los varios acontecimientos en que intervienen los vecinos y vecinas de Sabucedo para que esta tenga continuidad, como el de la «incautación de las bestas» del año 1862 en aplicación de las leyes de desamortización, a la que el vecindario se opuso, o el famoso episodio de las rapas de los años 1937 y 1938, en las que, ante la ausencia de hombres en la aldea a causa de la Guerra Civil, fueron las mujeres las encargadas de juntar a las bestas y realizar los trabajos de raparlas.
El proceso de apropiación identitaria de la rapa das bestas desarrollado por el vecindario de Sabucedo a lo largo del tiempo es lo que permitió, a pesar de todas las vicisitudes históricas, seguir adelante con la tradición y que llegara a la actualidad.
4. Desarrollo de la celebración de la manifestación inmaterial: su marco temporal y espacial.
La celebración de A Rapa das Bestas de Sabucedo engloba en esta denominación toda una serie de operaciones que se pueden agrupar en torno a tres fases: la misa en la alborada, la baixa y la rapa o curro.
La misa en la alborada.
A pesar de las tensiones existentes en determinados momentos del pasado entre la Iglesia - ya sea los párrocos locales o las instancias superiores- y el vecindario de Sabucedo, la fiesta de A Rapa continúa teniendo un cierto componente religioso, presente en determinados símbolos y espacios relacionados con la fiesta. Un ejemplo de ello es el hecho de que los garañóns, caballos jefes y protectores de las diversas manadas de bestas «do Santo» y «particulares», tengan que ser exclusivamente «do Santo».
Asimismo, los primeros momentos de la celebración están íntimamente ligados con la iglesia parroquial y sus anexos. En efecto, el comienzo de la fiesta lo señala, en el amanecer mismo del día, la explosión de los cohetes, lanzados a un lado del templo, que anuncian simbólicamente la entrada en un tiempo diferente. Esto ocurre hacia las seis y media, al tiempo que las campanas de la iglesia repican con energía y, junto con la humareda de los cohetes, anuncian el momento de despertar. Esta es también la llamada a la misa, que se celebra justo a continuación y durante la que se le pide protección a San Lourenzo para el desarrollo de todas las operaciones que vienen a continuación. Desde el año 2011, esta primera jornada se realiza el primer viernes del mes de julio, mientras que en los años anteriores se celebraba el sábado.
La baixa.
Tras la misa, la gente se va juntando en el lugar conocido como «O Celeiro», el punto de partida tradicional para realizar la subida hasta las zonas altas del monte de Montouto, que abarca las diversas zonas del monte en las que se encuentran las manadas de bestas de la eguada, hacia el atardecer de Sabucedo, como los de A Conla, de O Cabeiro, de Corvos, Quintas, Cuíña, de A Pranzadoira, de San Isidro, de As Lamas, de O Cádavo, etc., pertenecientes a diversos ayuntamientos.
Existe un «atavío» para la subida al monte y la posterior baja. Además de un calzado y pantalón fuertes, la gente del lugar lleva el bocadillo colgando del cinto y sobre todo el «pau de moca», que únicamente se usa el día de la subida al monte. Este palo, de carácter ritual y festivo, se caracteriza por su forma abultada en un extremo, que se utiliza además como apoyo para apartar los tojos. Para su elaboración se usa normalmente un brote de cerquiño (Querqus pyrenaica), y el bulto de la base es el engrosamiento de la raíz.
Ya en el monte, se van formando diversos grupos que, dirigidos por el vecindario de Sabucedo, se encaminan hasta los lugares arriba citados, en los que se localizan las diversas manadas. Para recoger las diferentes manadas existen unas rutas definidas hasta sus lugares de pastoreo. La distancia a recorrer puede variar dada la movilidad de las bestas. Todas estas rutas de «recollida» confluyen en una serie de lugares como As Lamas, O Marco y, finalmente, O Peón. Desde aquí, partirán todas las manadas juntas hacia Sabucedo.
La dificultad radica en que las bestas no se van a dejar capturar de buen grado y su velocidad y aptitudes para desplazarse por el monte superan en mucho las capacidades de las personas, por lo que estas operaciones deben ejecutarse con el máximo sigilo, de la siguiente manera: lo primero es localizarlas, para ello es preciso conocer las zonas en las que se mueve cada una, ya que cada grupo de animales tiene un territorio definido. Normalmente, tienden a situarse en lugares elevados, desde donde mantener un buen control visual. Así, se trata de ir estableciendo un cerco con la finalidad de rodearlas desde lejos procurando no inquietarlas para que no escapen en desbandada.
Una vez reunidas las bestas se conducen hasta O Peón, un lugar previamente acondicionado en lo alto del monte en el que se juntan todas las manadas. Esta operación, la de conducir las bestas a O Peón, precisa de efectivos, conocimiento y organización. Establecido el cerco, el denominado «cordón», habrá que moverse de manera coordinada para que los animales también se vayan desplazando en la dirección correcta.
Asimismo, es precisa la comunicación entre la parte de delante y la trasera del cordón, pues los que van atrás son los responsables de que las bestas anden (para lo cual hay que «hablarles») y los primeros, de que lo hagan al ritmo conveniente, sin que se aceleren demasiado ni decidan dar media vuelta. Para realizar esta operación se emplea por la comunidad portadora un código propio de expresiones: «facede cordón», «non as apretedes», «faládelle ás bestas», «xente ao monte», «xente adiante», «tapade esa boqueira», «agachádevos», «abrídelle ás bestas», «abrídevos pa fóra», «parade as bestas»... Para «falarlles ás bestas» se emite un grito característico con la finalidad de hacerlas andar: «ghou, ghou» ou «ghou, goupa ghou» y también «ghagha, ghagha, ghá».
Desde el año 2011 la jornada en el monte se realiza el viernes y la baixa de las bestas reunidas en O Peón hasta Sabucedo se divide en dos fases. Una primera, en la que las bestas se conducen desde O Peón hasta un lugar próximo a Sabucedo conocido como O Peche do Castelo, que se realiza el viernes; y, una segunda fase, en la que se finaliza la baixa de las bestas desde dicho Peche do Castelo hasta la aldea de Sabucedo, que se ejecuta el sábado hacia el mediodía.
En la jornada del sábado, hacia las dos de la tarde, nuevamente los cohetes se encargan de anunciar la llegada de las bestas, uno de los momentos importantes de la fiesta, en la que todo el vecindario se encuentra un año más con las diferentes manadas, símbolo de su propia identidad. En este preciso momento se junta la juventud con los mayores, que ya no van al monte pero que son memoria viva de la manifestación inmaterial, y animan los más jóvenes a continuar con la tradición de la rapa.
Después del ritual de la entrada de las bestas en la aldea, estas son conducidas hasta el cierre del llamado Monte de Arriba, en el que son controladas para evitar posibles fugas o robos. Del mismo modo, entre curro y curro, las bestas descansan y son atendidas en este recinto.
La rapa o curro.
Las operaciones que se realizan en el curro el sábado, domingo y lunes del primer fin de semana de julio son, por su espectacularidad, la parte más conocida de la fiesta. Las imágenes de los aloitadores y aloitadoras de Sabucedo tratando de domar las bestas están presentes estos días en los más diversos medios nacionales e internacionales.
Es de interés subrayar que, mientras en las operaciones que se desarrollan en el monte participa activamente el vecindario de Sabucedo junto con la de las parroquias colindantes, en el curro son los aloitadores o aloitadoras quien realiza todas las tareas; entre ellas, «aloita-la besta», una lucha entre el hombre y la besta o el garañón, que requiere práctica, gallardía y coraje.
Para la realización de la operación de «aloita-las bestas», en la que se inmoviliza, desparasita y rapa la besta, es precisa la participación de varias personas. Una vez escogido el animal que se va a rapar, un primer aloitador salta sobre su lomo y se agarra a las crines. La besta trata de huir y abrirse camino entre las demás, lo que proporciona el espacio suficiente para que otros dos aloitadores se aproximen al animal. Puestos de acuerdo de antemano, uno de los aloitadores tratará de situarse a la izquierda o a la derecha de la cabeza del caballo para agarrarlo cruzando los brazos sobre el cuello y la cabeza, tapándole la visión, mientras el tercero agarra el rabo de la besta. El aloitador que va arriba de la besta, al aproximarse su compañero por uno de los laterales, descenderá también de ella agarrando la cabeza y el cuello por el lado contrario. Esto se hace de la manera más coordinada posible. El motivo de agarrar la besta por la cabeza es taparle el campo de visión, mientras el aloitador que coge el rabo realiza unos movimientos laterales y hacia atrás, que desequilibran el animal, que así pierde parte de su fuerza. Estos movimientos, junto con la privación del campo de visión, permiten que los aloitadores inmovilicen el animal. Esta manera de dominar el caballo no siempre resulta fácil, pues las bestas, y aun más los garañones, superan en peso y fuerza a las tres personas que participan en la aloita.
Una vez inmovilizado el animal, entran en juego una o dos personas más, normalmente de mayor edad, que por su condición física, agilidad o años renuncian a participar en la aloita, tarea reservada a los más jóvenes, pero que continúan colaborando en el curro cortándoles las crines a las yeguas. Rapado el animal, este se libera y continuará libre en el curro entre el resto de las bestas.
Algunas de las expresiones que se utilizan en el curro son: «apretádeas», «ollo, que treme!», «esta é unha bicicleta», «fasme un rabo?», «tesoiras!», «ollo, que ten as orellas para atrás!», «tápalle o ollo!».
5. Valoración cultural.
La rapa das bestas es la manifestación inmaterial más clara que existe en Galicia de la relación ancestral entre unos animales, en este caso, los caballos, y los seres humanos, como ya se refleja en los grabados rupestres de cuadrúpedos con escenas de monta existentes cerca de Sabucedo. La celebración de A Rapa das Bestas de Sabucedo, y de otras rapas, permitió que esta emblemática especie silvestre, fundamental para la conservación de los ecosistemas de media montaña en Galicia, sobreviviera a lo largo de los siglos siendo una de las más representativas de las que quedan en todo el mundo. La rapa es, por lo tanto, testigo de una actividad de manejo de un ecosistema, del que forman parte las bestas del monte, a través de una serie de prácticas ancestrales.
La lucha entre los aloitadores y aloitadoras con las bestas, la tarea denominada «aloita-la besta», requiere una experiencia y un valor, y transmite una espectacularidad que hacen que, a día de hoy, la manifestación inmaterial adquiriera una notoriedad que comporta que tenga presencia en los días de su celebración, en los medios de comunicación gallegos, españoles e internacionales, así como una gran concurrencia de personas en el lugar llegadas de las más diversas procedencias.
A Rapa das Bestas de Sabucedo tiene un valor cultural singular, en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Galicia, al tratarse de una manifestación inmaterial que mantiene el respeto por la tradición y por los rituales, que fueron y son transmitidos de generación en generación, al menos durante los últimos tres siglos, que es reflejo de la apropiación identitaria hecha de la manifestación inmaterial por el vecindario de Sabucedo a lo largo de los años.
6. La comunidad portadora y las formas de transmisión.
Se considera portadora aquella persona que posee saber, conocimientos, técnicas y métodos relacionados con el estudio, memoria, y vivencia de A Rapa das Bestas de Sabucedo. Por tanto, todas aquellas personas que activan en sus vidas la vivencia de la rapa das bestas, a fin de su reproducción, salvaguarda y transmisión, deben ser consideradas personas pertenecientes a la comunidad portadora da manifestación inmaterial de A Rapa das Bestas de Sabucedo.
La transmisión del misticismo, de los rituales, de las leyendas, de las operaciones y de las tradiciones que componen la manifestación inmaterial se realizó y se realiza fundamentalmente de forma oral en el marco familiar y vecinal en la que participan habitualmente varias generaciones.
Un ejemplo de lo anterior es la función iniciática que se desarrolla en el curro. Se trata de uno de los primeros momentos que se producen tras el ingreso de las bestas en el recinto: la separación de los potros o, como se conocen en Sabucedo, los «bichos». Se encargan de estas tareas, asistidos por los mayores, los niños y las niñas de la aldea, quedando así, simbólicamente, admitidos en el grupo y como depositarios o garantes de la continuidad de la tradición. La tensión del momento y el valor que deben tener los niños y las niñas que se inician en los trabajos del curro es notable, pues al contrario que en otros curros de Galicia, en Sabucedo no hay costumbre de separar los garañones y retirarlos para evitar que se enfrenten en las diferentes topadas, y que contribuyen, con sus peleas, al conjunto del espectáculo.
En la actualidad, la Asociación Rapa das Bestas de Sabucedo es la encargada de la gestión de la fiesta y de todos los asuntos que tienen que ver con las bestas. La asociación centra sus recursos en las siguientes actividades principales:
1. Mantener la cabaña de las bestas que viven en libertad en los montes y que la aldea de Sabucedo sea historia viva de una relación de interdependencia y respeto entre personas, entorno natural y bestas.
2. La conservación y cuidado en particular de las manadas de bestas «do Santo». Esta actividad incluye principalmente medidas de:
• Seguimiento y monitorización.
• Marcaje.
• Desparasitación.
• Defensa de los animales de robos, ataques, incendios y agresiones.
3. La organización de la Fiesta de Interés Turístico Internacional Rapa das Bestas de Sabucedo, que ofrezca año tras año actividades vinculadas con la cultura gallega y su folclore. Esta organización abarca:
• La baixa de las bestas del monte.
• Celebración del curro.
• Organización de la fiesta propiamente dicha: actuaciones musicales, contratación de seguridad, acondicionamiento de una zona de acampada...
4. Promoción de la fiesta a través de actividades durante todo el año, exposiciones, gestión de las redes sociales y comunicados de prensa.
5. Cuidado de las zonas del monte donde pacen las bestas, realizando las labores de desbroces y limpieza precisas.
6. Realización de las labores tendentes a asegurar un marco legal favorable aplicable en el desempeño de esta actividad.
ANEXO II
Medidas de salvaguarda
El artículo 1 de la Ley 5/2016, de 4 de mayo, del patrimonio cultural de Galicia, tiene como objetivo la protección, conservación, difusión y fomento del patrimonio cultural de Galicia constituido por los bienes y manifestaciones inmateriales que, por su valor, deban ser considerados como de interés para la cultura gallega a través del tiempo y, también por aquellos bienes y manifestaciones inmateriales de interés para Galicia en los que concurra alguno de los valores señalados y que se encuentren en Galicia, con independencia del lugar en que se creasen.
El artículo 9.3 de la dicha ley establece que se consideran bienes del patrimonio cultural inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas, junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes, que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. En concreto, en el apartado 5 de este artículo se incluyen los usos sociales, rituales, ceremonias y actos festivos.
Asimismo, el artículo 91 dispone que integran el patrimonio etnológico de Galicia los lugares, bienes muebles o inmuebles, las expresiones, así como las creencias, conocimientos, actividades y técnicas transmitidas por tradición, que se consideren relevantes o expresión testimonial significativa de la identidad, la cultura y las formas de vida del pueblo gallego a lo largo de la historia.
Las medidas generales de salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial comprometen a las administracións públicas, dentro de sus competencias y disponibilidades presupuestarias, a garantizar su viabilidad, nombradamente su identificación, documentación, registro, investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión y revitalización.
En consecuencia, es conveniente proceder al archivo y a la sistematización de los documentos y demás materiales relacionados con este patrimonio cultural inmaterial para poder tener una comprensión más eficaz y completa del mismo, y su difusión debe ser promovida, auspiciada y, en la medida del posible, sería recomendable que se incorporara a la enseñanza tanto formal como no formal. Un trabajo que supone, de hecho, apoyar la transferencia de conocimientos, técnicas y significados sin fijar o fosilizar la manifestación, asegurando su viabilidad y promoviendo el establecimiento de un marco social y comunitario que permita una constante recreación, valorización y transmisión del bien.