Barbón: "Vamos a dedicar toda la legislatura a reforzar el estado de bienestar. Habrá más presupuesto, mejor gestión y atención a las nuevas necesidades"

El presidente del Principado se ha comprometido hoy a dedicar toda la legislatura a reforzar el estado de bienestar. "Habrá más presupuesto, mejor gestión y atención a las nuevas necesidades en sanidad, educación, vivienda y derechos sociales", ha garantizado. Adrián Barbón ha encabezado esta mañana el acto de firma de los documentos de adhesión de ayuntamientos y mancomunidades al marco de cooperación para el desarrollo de las prestaciones sociales.

El Gobierno de Asturias aprobó el 17 de mayo un gasto histórico de 272 millones para asegurar un marco estable de financiación a las entidades locales hasta 2027. Ese nuevo marco de cooperación articula la financiación del plan concertado de prestaciones básicas de servicios sociales y de la encomienda de gestión del servicio de ayuda a domicilio y teleasistencia para personas dependientes, que constituyen las principales herramientas para atender las necesidades sociales en todo el territorio.

Los convenios suscritos persiguen fortalecer la colaboración entre administraciones y reflejan "la plena confianza del Principado en la capacidad de los ayuntamientos para atender las necesidades de la ciudadanía", según ha precisado Barbón. "Son un hito, un peldaño más en el entendimiento institucional que practicamos en Asturias para hacer política útil, la que resuelve las dificultades", ha agregado durante su intervención.

El jefe del Ejecutivo también ha animado a "cambiar el marco mental" y entender el envejecimiento de la población "como un desafío que concierne a todas las instituciones". Al mismo tiempo, ha reiterado que la lucha contra la soledad no deseada de las personas mayores será uno de los objetivos prioritarios de este mandato.

"Estos convenios deben servir para hacer una sociedad mejor. Una Asturias en la que todas las personas mayores sepan que siempre hay alguien al otro lado, dispuesto a ayudarles. La Asturias que acoge, apoya y no abandona a nadie", ha indicado.

Nueva fórmula de cooperación entre administraciones

El carácter plurianual de la colaboración entre el Principado y los ayuntamientos favorecerá el refuerzo y consolidación de la red de servicios sociales. La nueva fórmula permite el abono anticipado a las entidades locales del importe anual, medida que les permitirá mejorar la gestión de las prestaciones sociales, al disponer de solvencia económica a lo largo del ejercicio. Al mismo tiempo, se simplifica la gestión y la justificación del gasto.

Una de las principales novedades de los nuevos convenios es la incorporación de una partida de 16 millones para financiar programas contra la soledad no deseada, otro de los principales objetivos para este mandato y punto de partida para la elaboración de la futura estrategia autonómica.

La inversión de 272 millones en cuatro años se distribuye del siguiente modo:  

1.    Personal y mantenimiento de los centros de servicios sociales municipales, primera puerta de entrada al sistema de servicios sociales: 65,6 millones.
2.    Prestación del servicio de ayuda a domicilio y teleasistencia a personas dependientes y no dependientes: 175,8 millones.
3.    Sostenimiento de la red de albergues y otros programas contra el sinhogarismo: 6 millones.
4.    Programas de prevención de la dependencia, como Rompiendo distancias, y centros rurales de apoyo diurno: 8,5 millones.
5.    Programas contra la soledad no deseada: 16 millones.
6.    Colaboración para la valoración de la dependencia en la zona rural: 110.000 euros.

A continuación, se reproduce íntegramente la intervención del presidente del Principado.

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN
 

Acto de firma de los documentos de adhesión de ayuntamientos y mancomunidades al marco de cooperación para el desarrollo de las prestaciones sociales

Agradezco su participación en este acto, que tiene un significado muy especial para el Gobierno de Asturias. Porque hoy acaban de hacer un gesto muy sencillo, estampar su firma en un papel. Un movimiento rápido, simple, casi mecánico. Y a la vez, acaban de demostrar para qué sirve ser alcalde, alcaldesa, consejera o presidente del Principado: para ayudar a las personas que más lo necesitan. Para mí, la justificación última de la política: colaborar para hacer una sociedad mejor.

Los gobiernos locales trabajáis sobre el terreno, a pie de obra. Como fui cocinero antes que fraile, sé de qué hablo. No podéis escaquearos porque siempre encontraréis un vecino que os cantará las verdades y los problemas a la cara, incluso las más dolorosas, las que casi desearíais no conocer.

Una parte de la gestión está a la luz, a la vista de todos. Las aceras, la basura, el agua, el plan urbanístico o la mejora del polideportivo, eso siempre sobresale. Pero hay mucho que queda oculto, tapado. La familia que implora un trabajo, porque está entera en el paro; la que cuenta los días para poder tener un techo digno; la que necesita comer, tal y como suena. No me invento nada. Los alcaldes y alcaldesas que estáis aquí sabéis que esa realidad también entra en vuestros despachos.

Las políticas sociales están para responder a esas necesidades. No son muy aplaudidas, no dan brillo y sólo merecen atención cuando fallan. Es bueno no engañarse. Si alguien quiere salir a hombros con la gestión social, se equivoca. Hoy incluso se aplaude a quienes presumen de trocearlas a golpe de motosierra.

El Gobierno de Asturias avanza en la dirección contraria, y a mucha honra. Vamos a dedicar toda la legislatura a reforzar el estado de bienestar. Quienes piensan que la inversión social es un despilfarro no nos van a encontrar nunca. Habrá más presupuesto, mejor gestión y, algo que suele olvidarse, atención a las nuevas necesidades. Me refiero a la sanidad, la educación, la vivienda y, de manera muy especial en este acto, a los derechos sociales. En este ámbito también hay que innovar y poner el reloj de la administración en la hora de la ciudadanía. Por poner un ejemplo muy fácil de entender, tenemos que intentar que la brecha digital no sea un factor más de exclusión.

Los convenios que acabáis de firmar son fruto de esa voluntad de innovación. A mediados de mayo, el Principado decidió destinar 272 millones a blindar los servicios sociales que prestáis los ayuntamientos hasta 2027. A vosotros no se os escapa la importancia de esa medida a la hora de asegurar la estabilidad financiera de los gobiernos locales.

Antes aludí a mi etapa en la alcaldía de Laviana. Durante aquellos años aprendí mucho. Una de las enseñanzas es la importancia de la cooperación entre administraciones y otra es que las entidades locales son insustituibles para desplegar una buena política social. La razón ya está dicha: conocéis los problemas de frente, cara a cara.

Estos convenios responden a ambos convencimientos: a fortalecer la colaboración entre el Gobierno del Principado y todos los ayuntamientos y a la plena confianza en vuestra capacidad para atender las necesidades de la ciudadanía. Son un hito, un peldaño más en el entendimiento institucional que practicamos en Asturias para hacer política útil, la que resuelve las dificultades.

El acuerdo de mayo también incluía otra novedad importante. Dentro de esos 272 millones, 16 se dedicarán a combatir la soledad no deseada, uno de los objetivos de legislatura y, también, uno de los compromisos que nos habíamos impuesto para este año. Cumplir con la palabra dada siempre es una satisfacción. Si es para alcanzar estos propósitos resulta aún más gratificante.

En este encuentro también quiero compartir otra reflexión. Estamos acostumbrados a pensar en el envejecimiento como problema. De hecho, mi gobierno está aplicando un amplio abanico de medidas que intentan mejorar las proyecciones demográficas. Aunque es pronto para que den fruto, cada vez hay más indicios de que están bien orientadas.

Pero regreso al envejecimiento. Estoy un poco harto -o muy harto, la verdad- de que solo se destaque la parte negativa. Como si vivir más años con dignidad y buenas condiciones no fuese un éxito de nuestra sociedad, como si no fuera una meta noble para cualquier gobierno. Como si no hubiese también múltiples oportunidades de actividad ligadas a eso que se llama, en inglés, la silver economy.

Cambiemos el marco mental. En vez de plantear el envejecimiento como un problema irresoluble, entendámoslo como un desafío que nos concierne a todas las instituciones. Así lo asumimos en mi gobierno. De ahí que hayamos iniciado el cambio de modelo residencial o que nos hayamos comprometido a elaborar esta misma legislatura una Estrategia contra la soledad no deseada, cada vez más frecuente en Asturias, en España y en Europa. Y que, por cierto, no se da únicamente en el medio rural. Vivir en una ciudad rodeado de gentes que vienen y van a lo suyo no vacuna contra la soledad.

Ahí volvéis a ser decisivos los gobiernos locales. Estos convenios tienen que servir de cauce para ampliar e intercambiar experiencias. Contamos con programas autonómicos acreditados, como Rompiendo distancias o Senda, más novedoso, puesto en marcha en Caso y Sobrescobio durante la pandemia. A la vez, los ayuntamientos habéis puesto en marcha acciones pioneras -por ejemplo, la red de teleasistencia de la comarca de la sidra- que constituyen todo un acierto. En Oviedo, Gijón, Avilés, en múltiples concejos tenéis experiencias que hemos de pensar en reforzar y compartir en esa estrategia común.

Todos nos hemos sentido solos en alguna ocasión. Solos, débiles, vulnerables. Es una sensación que duele hasta los huesos, que apaga la vida, pero que desaparece en cuanto alguien nos ayuda. A veces basta con que suene el teléfono y escuchemos una voz amiga. Pues pensemos en las personas que experimentan esos sentimientos a diario durante meses, años, incluso décadas.

A nosotros, a quienes gobernamos o tenemos alguna responsabilidad institucional, nos toca estar al otro lado. Somos nosotros quienes debemos detectar esas situaciones y ofrecerles alternativas, sean de ocio, formación, asistencia a domicilio o ejercicio al aire libre, las que resulten necesarias. Por volver al símil del teléfono, no podemos esperar sentados a que nos llamen pidiéndonos auxilio. Las administraciones debemos ser las primeras en descolgar para rescatar a esas personas de ese amargo abrazo, la cruel compañía de la soledad no deseada.

Para eso deben servir estos convenios. Como dije al principio, para hacer una sociedad mejor. Una Asturias en la que todas las personas mayores sepan que siempre hay alguien al otro lado, dispuesto a ayudarle. La Asturias que acoge, apoya y no abandona a nadie.