Teruel acoge un curso nacional para mejorar la atención a pacientes que necesitan hemodiálisis

El Hospital Universitario Obisco Polanco de Teruel acoge este viernes y sábado, 13 y 14 de junio, el XIII Curso Nacional de Accesos Vasculares para hemodiálisis. Es la tercera vez que la capital turolense acoge este curso -la quinta en Aragón- de la Fundación Española de Diálisis, que trata de mejorar la atención de los pacientes que precisan de hemodiálisis periódica.

La hemodiálisis consiste en que la sangre del paciente pase por un filtro para depurarla de metabolitos tóxicos que la persona no puede eliminar al haber perdido su función renal. Este procedimiento se realiza de 1 a 5 veces por semana, dependiendo del paciente, y se necesita un acceso vascular que aporte un flujo de sangre hacia al monitor de hemodiálisis. El acceso vascular es fundamental para la calidad del tratamiento.

Como ha explicado el jefe de servicio de Nefrología del Hospital Universitario Obispo Polanco de Teruel, Antonio Gascón, "el objetivo del curso es avanzar en el conocimiento de los accesos vasculares para tratar de minimizar las molestias que se les generan a los pacientes. Cuidar estos accesos vasculares y realizar un seguimiento de ellos es fundamental para poder mantener activa la terapia de la hemodiálisis".

Es la tercera vez que se realiza en el Obispo Polanco -esta vez coincidiendo con 72º aniversario del hospital- y la quinta en Aragón, ya que el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza ha acogido dos ediciones.

En el curso participan cirujanos vasculares, enfermeros de hemodiálisis, radiólogos vasculares e intervencionistas y especialistas en Nefrología de Aragón, Cataluña, Extremadura, Castilla y León y Madrid. Está dirigido por Antonio Gascón, María José González Lanzuela, Andreu Foraster Roselló y Román Martínez Cercós.

Se va a tratar el manejo y cuidado de las fístulas, la cirugía vascular en hemodiálisis, la utilización de ecografías y el papel de la enfermería en este proceso, entre otros temas. Además, incluye dos talleres el sábado por la mañana: uno en torno al mapeo ecográfico de extremidades superiores y otro sobre la exploración de fistulas para enfermería.

SERVICIO DE HEMODIÁLISIS EJEMPLAR

El servicio de hemodiálisis del Hospital Obispo Polanco lleva atendiendo pacientes desde 1981. El tratamiento es individualizado y cada paciente recibe un número de sesiones semanales en función de su función renal residual, de 1 a 5 veces, recibiendo la mayoría 3 sesiones.

En palabras de Antonio Gascón, actualmente, "se superan las 7.000 sesiones al año para 54 pacientes en este servicio, de los cuales un 37% son mayores de 80 años". Esto evidencia que la supervivencia de los pacientes con insuficiencia renal es cada vez mayor por los diversos tratamientos médicos novedosos.

Por ejemplo, el Hospital Obispo Polanco realiza la hemodiálisis denominada incremental desde el 2018, al iniciar un ensayo clínico con otros hospitales de España (Estudio DiPPI). Esta forma de tratamiento está enfocada en adaptar el procedimiento a la función renal residual que mantiene el paciente. Para ello, aportan la orina de 24 horas que siguen produciendo, para ajustar la dosis de hemodiálisis que se le va a dar.

"Se logra preservar durante más tiempo su propia función renal residual y se consigue una adaptación del organismo del paciente al tratamiento de una forma más progresiva. Con ello, se mejora la calidad de vida del paciente y nos permite dar tratamiento a más personas", ha explicado el jefe de servicio de Nefrología.

Además, aunque la forma más óptima de dializar es la fístula arteriovenosa en las extremidades, en el hospital turolense también se realiza un catéter tunelizado a aquellos pacientes a los que no se les puede hacer una fistula. "Tanto la implantación de este catéter en la vena yugular interna, como sus cuidados son fundamentales para evitar complicación en el paciente", ha asegurado Antonio Gascón.