Aprobado el Plan de Gestión frente al alga invasora Rugulopterix okamurae en Andalucía
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Establece medidas de seguimiento, control y aprovechamiento de biomasa para mitigar su impacto en las costas andaluzas

El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento de la aprobación, por la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, del Plan de Gestión frente al alga invasora Rugulopterix okamurae en la costa andaluza, documento estratégico busca afrontar los efectos negativos de una de las especies exóticas invasoras más problemáticas de las últimas décadas y muestra del compromiso de la Junta de Andalucía con la protección del medio ambiente, la conservación de la biodiversidad y la defensa de la riqueza natural y paisajística de su litoral.
La proliferación del alga asiática Rugulopterix okamurae se ha convertido en uno de los mayores retos medioambientales del medio marino en el sur de Europa. Esta especie fue detectada por primera vez en 2016 en el Estrecho de Gibraltar, a raíz de la aparición de arribazones en la costa de Ceuta. Desde entonces, ha demostrado una capacidad de colonización extraordinaria, expandiéndose con rapidez hacia el este y el oeste del litoral andaluz. En la actualidad, se extiende desde Cabo de Gata, en Almería, hasta Puerto Sherry, en el municipio gaditano de El Puerto de Santa María.
Su expansión ha causado cambios ecológicos sin precedentes. Las masas de alga desplazadas por las corrientes se acumulan en playas y puertos, alterando los ecosistemas y afectando negativamente tanto a especies autóctonas como a hábitats protegidos. También incide de forma directa en actividades humanas esenciales para la economía de muchas zonas costeras, como la pesca o el turismo.
Este escenario, unido a la imposibilidad de erradicar la especie o devolver el medio a su estado previo a corto o medio plazo, motivó su inclusión en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras en 2020. Dos años más tarde, en 2022, la UE la calificó como especie exótica invasora de preocupación para todo el continente, impulsando la necesidad de establecer planes de gestión por parte de las comunidades autónomas.
En respuesta a este marco normativo, y en coherencia con la Estrategia Andaluza de Economía Azul Sostenible Horizonte 2028, la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente ha desarrollado un Plan de Gestión que permitirá afrontar el problema con criterios científicos, coordinación institucional y vocación de permanencia. El documento integra objetivos generales, líneas estratégicas y actuaciones concretas.
Uno de los ejes fundamentales del plan es el seguimiento continuo de la evolución de la especie en el litoral andaluz. Se contempla para ello un sistema de monitorización, vigilancia y cartografiado actualizado, que permitirá conocer con precisión el alcance de la invasión, los acúmulos de biomasa y su impacto en el entorno. En paralelo, el plan impulsa la investigación científica, fomentando proyectos que permitan avanzar en el conocimiento de la biología, ecología y comportamiento del alga.
Esta línea de trabajo se considera clave para mejorar la capacidad de respuesta ante los efectos ecológicos y socioeconómicos provocados por la presencia de Rugulopterix okamurae. Asimismo, se recogen medidas dirigidas a minimizar el impacto de esta especie sobre la biodiversidad marina y los servicios ecosistémicos que proporciona el litoral. La protección de especies autóctonas, hábitats amenazados y espacios protegidos constituye un objetivo central del documento.
Otro de los aspectos esenciales del plan es el desarrollo de protocolos específicos para la retirada, el manejo y la inactivación de la biomasa del alga invasora. Se trata de evitar que, durante las labores de limpieza o eliminación, se produzcan nuevas dispersiones o afectaciones derivadas de una gestión incorrecta. Para ello, se definen procedimientos detallados que abarcan desde la recogida en playas y puertos hasta la desinfección de los elementos empleados en su manipulación, como contenedores o herramientas.
Aprovechamiento como materia prima
El plan también contempla la posible valorización de los restos, es decir, su aprovechamiento como materia prima para nuevos usos, como el compostaje o la producción de fertilizantes. Esta medida contribuye a reducir el volumen de residuos y puede suponer un alivio para los sectores más afectados por la invasión, aportando soluciones sostenibles desde el punto de vista ambiental y económico.
A nivel territorial, el ámbito de aplicación del plan abarca tanto las zonas ya colonizadas por el alga como aquellas que, sin estar afectadas por el momento, presentan condiciones que aconsejan un seguimiento preventivo. La detección precoz es un factor clave para contener la expansión y minimizar daños.
El documento se estructura en torno a cuatro grandes líneas estratégicas. La primera se dedica a la investigación, la innovación y el desarrollo, mientras que la segunda se centra en la vigilancia y el seguimiento del proceso de invasión, con actuaciones concretas como planes de inspección, prospecciones marinas y medidas de control biológico mediante herbivoría.
La tercera línea estratégica está orientada a la educación ambiental, la sensibilización social y la formación. Se prevé, por ejemplo, la puesta a disposición de la ciudadanía de toda la información generada, incluidos los mapas actualizados, a través de la Red de Información Ambiental de Andalucía (Rediam) y el Portal de Información Ambiental. También se promoverán campañas divulgativas destinadas tanto a sectores productivos como a turistas y población general.
Finalmente, la cuarta línea estratégica se ocupa de la gestión de la biomasa. En este apartado destaca la elaboración de protocolos técnicos que garantizan un tratamiento adecuado y seguro de los restos vegetales. Esta sección del plan define un proceso integral, que abarca desde la retirada de la biomasa hasta su destino final, incluyendo las fases de secado, transformación o posible uso agrícola.
Todo el enfoque del plan se apoya en una concepción integral y preventiva de la gestión ambiental. La lucha frente a Rugulopterix okamurae se aborda desde una perspectiva de sostenibilidad a largo plazo, entendiendo que las invasiones biológicas requieren respuestas complejas, basadas en el conocimiento científico, la colaboración interadministrativa y la implicación ciudadana. Con esta actuación, la Junta de Andalucía da cumplimiento a las obligaciones derivadas de la legislación nacional y europea, y refuerza su compromiso con la conservación del medio marino y el bienestar de las comunidades costeras. La aprobación del Plan de Gestión supone, además, una herramienta útil para avanzar en la gobernanza del litoral andaluz, integrando los principios de economía circular, participación y transparencia.