Guía para la planificación, implementación y evaluación de intervenciones intergeneracionales

La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha publicado recientemente una guía dirigida a orientar sobre la planificación, desarrollo y evaluación de intervenciones intergeneracionales. Este recurso, busca combatir discriminación por edad y para ello, ofrece estrategias basadas en la evidencia para reducir este tipo de discriminación.

La discriminación por edad (o edadismo), se produce cuando "la edad se utiliza para categorizar a los individuos y crear divisiones sociales, con la consiguiente injusticia, daño y falta de solidaridad entre generaciones". Sus consecuencias impactan en la salud y bienestar de los grupos de edad que la sufren por lo que debe combatirse para "prevenir daños, reducir la injusticia y fomentar la solidaridad intergeneracional".

En este sentido, el Informe global sobre discriminación por edad, elaborado por la OMS, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, y el Fondo de Población de las Naciones Unidas y la OMS; ha evidenciado tres estrategias que contribuyen a reducir el edadismo, a saber, la formulación de políticas y leyes contra la discriminación por edad, la intervención en el ámbito educativo promoviendo la empatía y facilitando información precisa que reduzca concepciones erróneas y estereotipadas; y, por último, impulsando intervenciones que vinculen a varios grupos de edad en un proyecto o actividad compartido. Es lo que se conoce como intervenciones para el contacto intergeneracional y, según los/as expertos/as, se trata de una de las estrategias más eficaces para reducir la discriminación por edad.

Y, este precisamente, es el principal objetivo de la guía, es decir, el apoyar a otros países en el desarrollo de intervenciones que se basen en el contacto intergeneracional. Para ello, se define cómo desarrollar actividades que involucren a diferentes generaciones facilitando un acompañamiento integral en la planificación, implementación y evaluación de las mismas; e incluye un listado de actividades intergeneracionales que han demostrado su eficacia para reducir el edadismo y potenciar relaciones de respeto mutuo y corresponsabilidad entre generaciones.

Para comprender esta metodología de trabajo se parte de lo que se define como práctica intergeneracional, entendiendo por tal la actividad que reúne a grupos de diferentes edades en el desarrollo de una acción conjunta y mutuamente beneficiosa, cuya realización genera un acercamiento y una mayor comprensión hacia el otro grupo, propiciando un mayor respeto entre generaciones. Desde esta perspectiva, la práctica intergeneracional es una palanca también para el desarrollo de un enfoque comunitario que "puede reducir discriminación por edad y también puede tener una amplia gama de otros resultados positivos".

Toda práctica intergeneracional debe regirse por un conjunto de principios que hagan de dicha actividad una práctica participativa, inclusiva, universal, amigable, no dañina, equitativa, de respeto a los derechos humanos, interdisciplinaria, recíproca en cuanto a beneficios y basada en activos y en la evidencia empírica.

Asimismo, en cuanto a su alcance, las prácticas pueden limitarse a una acción concreta, o bien, pueden diseñarse como una actividad a desarrollar durante un tiempo limitado o; enmarcarse como elemento de acción en un proyecto intergeneracional o programa comunitario. Uno de los elementos que distinguirá una u otra fórmula es el nivel de contacto intergeneracional que se establezca en la práctica. En este sentido, la guía distingue siete niveles de contacto, desde el más básico (conocimiento sobre otros grupos de edad a partir de reportajes televisivos, por ejemplo; o mediante el contacto virtual con los mismos); a otros que implican una mayor interacción como la celebración de reuniones o actividades periódicas, la reunión regular para la exposición de proyectos o actividades de formación, la planificación regular de programas intergeneracionales o, el establecimiento de comunidades intergeneracionales.

También se ofrecen claves para la planificación e implementación de los proyectos intergeneracionales, siendo de especial interés lo referido a la evaluación de los mismos, que permitirá conocer el grado de consecución de los objetivos, identificar áreas de mejora y difundir el conocimiento generado a los grupos y organizaciones interesadas. Así, toda evaluación deberá considerar si el proyecto desarrollado ha demostrado objetivamente, reducir la discriminación por edad, generar evidencia en torno a las prácticas intergeneracionales comprobar qué funciona, para quién y por qué y, aquello que no funciona; fomentar y difundir el conocimiento resultante del proyecto, e identificar factores de éxito que promuevan la calidad de la práctica intergeneracional, entre otros.

La evaluación puede realizarse de manera interna o externa y estructurarse en un conjunto de dimensiones vinculadas a la reducción de la discriminación por edad, el logro de una mayor autoconfianza entre las personas participantes, el desarrollo de habilidades comunicativas o, el aprendizaje de nuevas habilidades, u otras que recogen aspectos relacionados con cambios psíquicos de los/as participantes (por ejemplo: mejora de la autoestima, mayor inclusión en la comunidad, cambios en los sentimientos de soledad, etc.).

Para concluir, la guía recoge un número destacado de prácticas intergeneracionales desarrolladas en diferentes países cuyos resultados señalan importantes beneficios, tanto para las personas mayores como para las jóvenes, destacando entre otros, la reducción de la discriminación por edad, la mejora de la salud mental, el fortalecimiento de las conexiones sociales, el incremento del bienestar y en el caso concreto del colectivo de personas mayores, mejora de la salud física

Para más información, puede consultar el informe completo en el siguiente enlace: Connecting generations: planning and implementing interventions for intergenerational contact (OMS, 2023)