Decreto 53/2024, de 11 de junio, por el que se declara Bien de Interés Cultural la localidad de Hoyos (Cáceres), con la categoría de Conjunto Histórico.

TEXTO ORIGINAL

El Estatuto de Autonomía de Extremadura, recoge como competencia exclusiva en su artículo 9.1.47 la Cultura en cualquiera de sus manifestaciones , así como el Patrimonio Histórico y Cultural de interés para la Comunidad Autónoma .

En desarrollo de esta competencia se dictó la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, que recoge la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración de Bien de Interés Cultural.

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 5.1 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, los bienes más relevantes del Patrimonio Histórico y Cultural extremeño deberán ser declarados de Interés Cultural en la forma que el propio artículo detalla. El procedimiento se describe en los artículos 7 y siguientes de la citada ley.

El artículo 6.1 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, al establecer la clasificación de los Bienes Inmuebles que pueden ser declarados de Interés Cultural, define en su letra b), como Conjuntos Históricos, La agrupación homogénea de construcciones urbanas o rurales que destaque por su interés histórico, artístico, científico, social o técnico que constituyan unidades claramente delimitables por elementos tales como sus calles, plazas, rincones o barrios .

A tales efectos, ha de significarse que los valores del Conjunto Histórico de Hoyos están basados en su estructura urbana y arquitectónica, las características generales de su ambiente, entendiéndose como tal el sistema viario, la parcela con su forma de ocupación, sus alturas, las relaciones espaciales internas y lo que resta entre el espacio vacío y el construido, el público y el privado, en definitiva, la arquitectura. Todo ello forma parte indiscutible de nuestro patrimonio histórico y cultural.

El conjunto urbano de Hoyos es uno de los más interesantes de la comarca de Sierra de Gata, en tanto que aúna las esencias de la arquitectura popular serrana con edificios de carácter nobiliario y palaciego, fruto de la singular trayectoria histórica del municipio. En esta dilatada singladura, jugaron un papel determinante su pertenencia a la casa ducal de Alba y, además, ser el lugar de retiro veraniego escogido por los obispos de Coria durante la edad moderna. Así, en la trama urbana, de origen medieval, sobresalen edificaciones tan notables como la iglesia parroquial del Buen Varón (declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento; Decreto 102/2018, de 3 de julio), el convento del Espíritu Santo, la denominada Casa del Deán o la ermita del Cristo. Pero los valores del conjunto soyano trascienden el marco monumental para hacerse extensivos a una estructura urbana que combina plazoletas irregulares con estrechas callejuelas en cuesta, o la modesta arquitectura popular con notables manifestaciones del buen arte de los canteros serragateños. Cruceros, muestras heráldicas, vía crucis, portadas, inscripciones o fuentes, diseminados por un conjunto bien conservado, testimonian esta tradición y condicionan un ambiente urbano de marcada personalidad.

El conjunto urbano de Hoyos es uno de los más interesantes de la comarca de Sierra de Gata, en tanto que aúna las esencias de la arquitectura popular serrana con edificios de carácter nobiliario y palaciego, fruto de la singular trayectoria histórica del municipio. En esta dilatada singladura, jugaron un papel determinante su pertenencia a la casa ducal de Alba y, además, ser el lugar de retiro veraniego escogido por los obispos de Coria durante la edad moderna. Así, en la trama urbana, de origen medieval, sobresalen edificaciones tan notables como la iglesia parroquial del Buen Varón (declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento; Decreto 102/2018, de 3 de julio), el convento del Espíritu Santo, la denominada Casa del Deán o la ermita del Cristo. Pero los valores del conjunto soyano trascienden el marco monumental para hacerse extensivos a una estructura urbana que combina plazoletas irregulares con estrechas callejuelas en cuesta, o la modesta arquitectura popular con notables manifestaciones del buen arte de los canteros serragateños. Cruceros, muestras heráldicas, vía crucis, portadas, inscripciones o fuentes, diseminados por un conjunto bien conservado, testimonian esta tradición y condicionan un ambiente urbano de marcada personalidad.

El artículo 8.1 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, determina que es necesaria una descripción clara y precisa del bien o bienes que permita su identificación, con sus pertenencias y accesorios, así como la delimitación del entorno necesario para la adecuada protección del bien cuando se trate de inmuebles. La zona afectada estará constituida por el espacio, construido o no, que da apoyo ambiental al bien y cuya alteración pudiera afectar a sus valores, a la contemplación o al estudio del mismo.

Por ello, se procedió a dictar Resolución de 14 de abril de 2023, de la Consejera de Cultura, Turismo y Deportes, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, a favor de la localidad de Hoyos (Cáceres), con la categoría de Conjunto Histórico. La resolución fue publicada en el Diario Oficial de Extremadura número 76, de 21 de abril de 2023, y en el Boletín Oficial del Estado número 124, de 25 de mayo de 2023.

De la misma forma se procedió a su comunicación al Registro de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Cultura y Deporte donde aparece inscrito con el código de anotación preventiva 16255.

Dando cumplimiento a la citada resolución, con fecha 4 de enero de 2024 se procedió a practicar la notificación a las personas interesadas en el procedimiento, así como al Ayuntamiento de Hoyos, constando en el expediente las correspondientes acreditaciones de aquellas que han sido recibidas por los mismos.

De conformidad con lo dispuesto en la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas y de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, se procedió a publicar anuncio de notificación en el Boletín Oficial del Estado número 60, de 8 de marzo de 2024, a las personas interesadas en el procedimiento que, por distintas causas, no recibieron las mismas en los domicilios fiscales conocidos.

Asimismo, se han solicitado los informes de las instituciones consultivas a que se refiere el artículo 4.1 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, siendo ambos favorables. Igualmente se ha obtenido el informe de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura.

En consecuencia, de acuerdo con lo establecido en el artículo 9.1.47 del Estatuto de Autonomía de Extremadura y el artículo 9.1 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, a propuesta de la Consejera de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes y previa deliberación del Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura, en sesión celebrada el día 11 de junio de 2024,

DISPONGO:

Artículo 1.

La declaración de la localidad de Hoyos (Cáceres), con la categoría de Conjunto Histórico, como Bien de Interés Cultural, de acuerdo con las especificaciones de los anexos que se acompañan.

Artículo 2. Publicaciones.

Publicar en el Diario Oficial de Extremadura y en el Boletín Oficial del Estado el presente decreto, notificar a las personas interesadas y al ayuntamiento de Hoyos.

Artículo 3. Inscripción en los Registros.

Comunicar esta declaración al Ministerio de Cultura y Deporte, para su inscripción definitiva en el Registro General de Bienes de Interés Cultural.

Disposición final única. Entrada en vigor.

El presente decreto entrará en vigor el mismo día de su publicación en el Diario Oficial de Extremadura.

Mérida, 11 de junio de 2024.

La Consejera de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes,

VICTORIA BAZAGA GAZAPO

La Presidenta de la Junta de Extremadura,

MARÍA GUARDIOLA MARTÍN

ANEXOS

Se publica, como anexo, un extracto de los informes técnicos de fecha, de 2 de febrero de 2017, de los servicios técnicos de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural. El informe y documentación íntegros a la que hace referencia el decreto de declaración, constan en el expediente administrativo correspondiente. Este expediente se podrá consultar en las dependencias de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural (avenida Valhondo, s/n., Módulo 4, Planta 2.ª, 06800 Mérida, Badajoz) por las personas interesadas en el procedimiento, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 12 y siguientes de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno y el artículo 15 y siguientes de la Ley 4/2013, de 21 de mayo, de Gobierno Abierto de Extremadura.

ANEXO I

CARACTERIZACIÓN Y JUSTIFICACIÓN DEL CONJUNTO HISTÓRICO

— Ubicación.

La localidad de Hoyos se inserta en la comarca de Sierra de Gata, en el extremo noroccidental de la provincia de Cáceres. Limita con los términos de Acebo al norte, con Villamiel al oeste, con Cilleros al sur y con Perales del Puerto al este.

La acusada orografía y la situación fronteriza han otorgado una marcada personalidad a estas tierras serranas. El municipio de Hoyos se sitúa en una hondonada enmarcada entre la Sierra de Moncalvo (1052) y el Teso de la Cuesta (623 m.) por el septentrión, la sierra de Santa Olalla y el cerro de Lameros (862 m.) por el occidente y el pico de Nuestra Señora de la Peña (683 m.) por el sur. Este espacio sólo queda abierto hacia el naciente, dirección que toman los cauces de los arroyos que bañan el término municipal, hasta desembocar en la Rivera de Acebo. Se trata de pequeñas corrientes de escaso caudal, como la de la Barquera, del Bachito o los Hurones. Este último pasa por el núcleo urbano de Hoyos, entre el pueblo y el convento franciscano. La propia Rivera de Acebo discurre por el término soyano, sirviendo de límite con el de Acebo, a algo menos de un kilómetro del núcleo urbano.

En las cumbres predominan los bosques de pinos, castaños y robles. En el siglo XIX, Madoz cita el castañar del monte Lameros que dan madera de escelente calidad y vigas de gran magnitud .

El principal cultivo, como en el resto de la sierra de Gata, es el del olivo. El Interrogatorio de la Real Audiencia del año 1791 cita, como principales producciones de Hoyos el aceite (cita ocho molinos aceiteros), el vino, la fruta de espino o las castañas. Algunos vecinos, según esta fuente, sembraban hortalizas sólo para sus casas y criaban vacas y cabras. Un siglo más tarde Madoz habla de un magnífico plantío de naranjos, limoneros y limeros mientras que los cereales se siembran en una dehesa ( ) llamada Carrascal que el pueblo posee en el término de Calzadilla .

— Contexto histórico.

Sierra de Gata es una comarca poblada desde tiempos ancestrales. Entre las primeras manifestaciones humanas de la sierra destacan algunos sepulcros megalíticos (por ejemplo, en Villasbuenas de Gata) o las estelas decoradas de San Martín de Trevejo o Hernán Pérez. Previamente a la romanización, cabe mencionar el poblado de Castillejos en Villasbuenas de Gata.

Será en época romana cuando los valles de la sierra se pueblen de forma sistemática. La comarca se convertirá en una zona de paso entre la meseta y la cuenca del Tajo, a través de la llamada Vía Dalmacia que comunicaba Caurium con Miróbriga, posiblemente a través del cercano puerto de Perales. La Sierra de Gata adquirió importancia en esta época debido a la explotación de sus recursos auríferos, especialmente de la cuenca del río Eljas. De esta época se conservan en Hoyos tres inscripciones, reutilizadas en la fábrica de la iglesia parroquial, dos anepígrafas (junto a la puerta) y una estela decorada con un creciente lunar que menciona a Tongio, hijo de Tancino y a Celtius, hijo de Cilino (García Mogollón, 2006). Esta onomástica refleja el peso de la población de origen indígena en la sociedad hispanorromana de la comarca. Al corpus de inscripciones romanas de Hoyos hay que añadir un pequeño árula descubierto recientemente, reutilizado en una fachada de la c/ Hornos.

Más allá de la cita de algunos autores (Domingo Domené, 2011), a la época islámica se corresponde una torre de vigilancia en el alto de la Atalaya en las proximidades del cerro Lameros (entre Trevejo y Hoyos).

Los primeros intentos de reconquistar la Sierra de Gata se produjeron a partir del s. XI. El rey Alfonso VI de Castilla atravesó, en 1074, el puerto de Perales y tomó la ciudad de Coria. A falta de más datos, hay que situar la fundación de la población de Hoyos a comienzos del siglo XIII, a juzgar por la primitiva portada tardorrománica de la iglesia o, más aún, por la talla de la imagen de Nuestra Señora del Buen Varón (García Mogollón, 2006).

Hoyos era aldea de la ciudad de Coria, junto con Acebo y Perales. Cuando esta ciudad fue enajenada (primero a favor del conde de Coria, don Gutiérrez Solís, y posteriormente, en el año 1472, por la Casa de Alba), pasó a formar parte del mismo señorío. El Duque de Alba potenció la construcción de algunas iglesias de la comarca, como la de Hoyos o la de Acebo, como símbolo de su poderío económico (Domingo Domené, 2011), haciéndolas destacar sobre el resto de las iglesias de los pueblos vecinos, que mayoritariamente dependían de la orden de Alcántara.

Se conocen los nombres de algunas familias de hijosdalgo, oriundas o asentadas en Hoyos, como los Godines de Paz, los Gómez o los Sande. Sin embargo, cabe destacar el caso de Pablo Pérez que dicen fue soldado distinguido en tiempos de Pizarro en la conquista de Indias, el que fundó tanbién un ospital para pobres y una obra pía para dotar donzellas de su linaje (Barrientos Alfageme, 1991). Pablo Pérez recibió privilegio de nobleza de manos de Felipe II (García Mogollón, 1993) y fundó el convento del Espíritu Santo, el 1 de septiembre de 1558. El edificio luce en la portada el escudo y el nombre de su fundador (con fecha de 1641). Otro soyano ilustre de la empresa americana fue Marcos Veas Durán, que arribó a Perú en 1534 y viajó a Chile, primero con Almagro y luego con Valdivia, siendo uno de los ciento cincuenta fundadores de Santiago de Chile. Al parecer, Hoyos fue uno de los pueblos serragateños que más hombres aportó al Nuevo Mundo, un total de 15 (Domingo Domené 2011).

En el siglo XVII, la población sufrió las consecuencias de la guerra con Portugal, que fue especialmente violenta en la comarca. Algunos ayuntamientos, con sus archivos, habían sido arrasados por el fuego en la campaña realizada por Sancho Manuel en 1658 (Domingo Domené, 2011). Ese debió ser el caso de Hoyos, pues el corregidor de Coria, Juan Pérez de Rivero, otorgó a la población unas nuevas ordenanzas que tuvieron que ser aprobadas por el Duque de Alba. En Hoyos había entonces estudio de Gramática, cuya fundación hizo el licenciado Juan Zanca Rico, mediante obra pía.

A finales del siglo XVIII, tal y como refleja el Interrogatorio de la Real Audiencia (1791), la población contaba con 227 vecinos, 17 viudas y 55 menores. Entre las principales construcciones del pueblo, el Interrogatorio cita las casas de ayuntamiento, una cárcel muy reducida, dos mesones, un pósito, un hospital y el convento. Menciona, además, que las calles están en buen estado. La parroquia se mantenía con los ingresos obtenidos mediante el cobro de los diezmos, así como del pago por los enterramientos y los toques de campana. Además de la iglesia, había en Hoyos otras tres ermitas, entre las que sobresalía la de San Lorenzo, situada en la parte alta del pueblo, a la que se concurría en procesión.

En cuanto al convento del Espíritu Santo, sabemos que en el año del Interrogatorio contaba con 18 religiosos observantes que se mantenían de pedir limosna, puesto que las tres obras pías fundadas en esta institución contaban con escasas rentas. Esta precariedad de medios pudo estar en el origen del litigio mantenido entre el convento y el párroco del pueblo, por la disputa de los ingresos de ambas instituciones. En efecto, dada la proximidad del convento con la localidad, las gentes de Hoyos solían encargar a los frailes las ceremonias que no tenían efecto civil.

Los obispos caurienses eligieron Hoyos como lugar habitual de retiro veraniego, lo cual, indudablemente, contribuyó al enriquecimiento del caserío y del urbanismo de la población, tanto en infraestructuras como en edificaciones singulares. A este respecto, en el marco de la Guerra de la Independencia del siglo XIX, la población, y toda la comarca, sufrió un tremendo impacto con el asesinato del prelado Juan Álvarez de Castro, ocurrido el 29 de agosto de 1809, en la casa de la calle que actualmente lleva su nombre. El obispo fue enterrado esa misma noche en la iglesia de Nuestra Señora del Buen Varón (Domingo Domené, 2011).

Esta preeminencia comarcal se potenció en el año 1840 cuando la localidad se convirtió en cabeza de un amplio partido judicial que llegó a comprender dieciocho entidades de población. Este partido judicial, según Madoz, había surgido en 1825 en San Martín de Trevejo (como juzgado de letras, con el nombre de Corregimiento de Sierra de Jálama). Todo ello contribuyó al crecimiento de la población soyana, puesto que, el mismo autor, nos informa que a mediados del siglo XIX se estaban construyendo nuevas casas en el extremo sur del pueblo y prolongándose sus calles. En esos años había en Hoyos hasta 14 lagares de aceite, 4 molinos harineros y una población de 390 vecinos (2.136 almas).

En septiembre de 1888, la población adquiere por fin la categoría de villa, dejando atrás el secular señorío de la casa ducal de Alba. El título se lo otorgó la reina regente, en nombre del rey Alfonso XIII debido al aumento de su población, progreso de su agricultura, industrias y comercio (Domingo Domené, 2011).

Hoy día, la población de Hoyos sigue siendo la sede de diversas instituciones administrativas. En la actualidad la población cuenta con 909 habitantes (año 2014).

— Origen y evolución del conjunto urbano.

El casco urbano de Hoyos se desarrolla en una suave pendiente que desciende de manera gradual hacia el Sur, destaca la mole pétrea de su iglesia parroquial que preside el conjunto arquitectónico.

En su tipología urbana se combinan edificios con las características de la arquitectura popular serrana, predominante en la comarca, con otros de carácter señorial y nobiliario que son testigo del auge económico que debió ostentar en los siglos XV y XVI.

El trazado urbano es de tipo rural, con calles estrechas, sombrías, largas y plazuelas irregulares, adaptándose a la pendiente del terreno; el alineamiento y rectitud de las fachadas son testigo de las modificaciones introducidas desde fines del siglo XV; es en este momento, con la erección de nuevas edificaciones, lo que propició el incremento de la regularidad y simetría del trazado urbanístico. Las edificaciones se adosan formando manzanas e hileras.

A mediados del siglo XIX tenía el pueblo tres entradas principales, ubicadas al sur, al este y al oeste, y se abastecía de las fuentes de la localidad y algunas otras dispuestas en los alrededores.

Los viales que ofrecen mayor interés urbanístico, arquitectónico y ambiental se encuentran en el corazón de la población, destacando las calles Derecha Baja, Los Álamos, Hernán Cortés, Portugal, del Cristo, Pablo Pérez y, muy especialmente, la del Obispo Álvarez de Castro, donde se encuentra la mayor concentración de construcciones de tipo nobiliar y palaciego.

El centro neurálgico de Hoyos se dispone en el entorno de la iglesia parroquial, articulando un plano radiocéntrico, que abre a tres amplias plazas: plaza de La Constitución, plaza Mayor y plaza Gabriel y Galán. Son de trazado irregular, siguiendo las características de las plazuelas medievales, dispuestas asimétricamente en los cruces de las calles más importantes. En la actualidad se ve bascular este centro hacia la carretera general, zona de expansión hacia donde se extiende la población moderna.

La plaza de la Constitución, que se sitúa hacia el mediodía, configura un rectángulo que permite una espléndida visión del muro sur del templo en el que abre una bella portada gótica. Las casas de este espacio no presentan especial relevancia en sus fachadas, aunque una de ellas muestra un escudo con dos llaves cruzadas sobre un árbol, se data en el año 1882 y en otra de las viviendas se dispone una bella ventana geminada y un elemento heráldico pétreo. Se encuentran aquí y en la calle Los Álamos varias viviendas que presentan en la parte posterior bonitas solanas a modo de logias.

Del ángulo suroeste de la plaza de la Constitución parte la calle Marialba, en su inicio se dispone una casona con fachada de sillería, el resto con viviendas de época moderna. En la esquina suroeste se inicia la calle Los Álamos que desemboca en la Derecha Baja, situándose mansiones de gran interés, que muestran fachadas de potente sillería, con la doble puerta característica de la Sierra de Gata, la de la cuadra/bodega más ancha que la de entrada a la vivienda.

La Plaza Mayor es un amplio espacio al que abre la fachada de poniente de la Iglesia; en este recinto se alza el Ayuntamiento, muy reformado, aunque de importante presencia, sobresalen los vanos con recercos de cantería y los soportales, compuestos por cuatro berroqueños arcos; remata el edificio un granítico antepecho corrido. El resto de los inmuebles que bordean este espacio carecen de especial interés. Del noroeste parte la vía Obispo Álvarez de Castro, una de las arterias más atractivas de la localidad.

El tercer recinto, conectado a los dos precedentes, es la Plaza de Gabriel y Galán, dispuesta en el lado septentrional del templo. El terreno se escalona en dos niveles, aprovechado el superior para situar una fuentecilla de un caño y en el inferior una decorada fuente de vaso circular. Alrededor se disponen casas con grandes balcones corridos, algunos de madera. Confluyen en ella la calle del Coso, el callejón que bordea el ábside parroquial y la calle Mayor, en la que se sitúa un edificio fechado en el año 1924, antiguo palacio de justicia.

Una de las rúas principales es la denominada Derecha Baja, antigua Calle Real, es la entrada meridional a la localidad alargándose en la actual carretera que conduce al Barrio del Escobar, a la ermita del Cristo y a la carretera de Cilleros. Esta calle se inicia con el nombre de Pablo Pérez, junto al convento franciscano, en cuyo costado subsiste un pequeño crucero pétreo: una columna granítica, de fuste liso y rematada en una cruz, se alza desde un sencillo basamento de dos peldaños. Por la citada vía discurre el arroyo de los Hurones, que salva un puentecillo de piedra de un solo ojo, con pretiles berroqueños. Un poco más adelante una fuente de un caño y pilón granítico en el que bebían las caballerías que entraban y salían de la localidad.

En el inicio de la calle Real se disponía el primitivo Hospital que fundó Pablo Pérez con el nombre de Nuestra Señora del Arroyo, acogía a pobres, enfermos y huérfanos de Hoyos y de otras localidades limítrofes. Flanquean la vía antiguas casonas de tres plantas, algunas con espléndidas fachadas de sillería bien escuadrada y con las dos portadas características de la comarca, la de acceso a los espacios agroganaderos, la mayoría, abre en arco de medio punto con grandes dovelas y la de entrada a la vivienda es adintelada. Son numerosas las casas en las que aparecen bellas ménsulas dispuestas a los lados de las ventanas.

Pasada la Plaza Mayor, la calle Derecha Baja se prolonga, en suave pendiente, en la calle Obispo Álvarez de Castro, se concentran aquí el mayor número de edificios de carácter señorial con sus fachadas constituidas íntegramente de sillería, destacando elementos de diferentes tipologías, la mayoría de carácter erudito.

Hacia el final de la calle cambia el tipo de arquitectura disponiéndose viviendas con amplios balcones, originariamente de madera, y voladizos del mismo material lignario. Los números 57 y 59, que bifurcan a dos calles, son bellas muestra de arquitectura popular a caballo entre los modelos serranos y los entramados de madera.

Particular encanto encontramos en algunas calles transversales a la de Obispo Álvarez de Castro, como la de San Lino, que la conecta con las de Hernán Cortés y Pizarro, que discurren paralelas, respectivamente, a la Derecha Baja y Álvarez de Castro.

Muy sugerentes son las rúas del Cristo, con esplendidas mansiones que abren en bellos y amplios arcos graníticos y la de Portugal, sale un poco más arriba, se encuentran viviendas con bellas ventanas bíforas. Se ensancha está última calle en la plazoleta denominada Capilla, preside el espacio un crucero pétreo de finales del siglo XVI, dándole singularidad al espacio. De aquí parten las calles Horno, Palacio de Justicia y Espronceda, en esta última se encuentra la casa parroquial, que era una sólida construcción levantada con buenas piezas de sillería, en la actualidad en situación casi de ruina.

La calle el Chorro es igualmente transversal a la Álvarez de Castro. Existen en ella atrayentes construcciones y conecta con la de San Lorenzo, entrada norte a la localidad, hacia el final de la misma una fuente de un caño con su pila de granito; en las inmediaciones se encontraba la ermita del mismo nombre, ya desaparecida.

Paralela a la Álvarez de Castro está la calle Pizarro, con buenas casonas, alguna con fachada de sillería. Hay otras que muestran esquemas típicos serranos con muros de gruesa mampostería en planta primera y entramados de madera y adobes en las restantes, revestidas con revocos. Enlaza con la de Hernán Cortés, que desciende suavemente hacia el convento franciscano, se aprecian aquí señoriales casas timbradas con escudos. En esta misma rúa hay casas con fachadas de excelentes piedras de sillería.

Mención aparte merece el Barrio del Escobar, está segregado del núcleo principal de la localidad, su disposición se hace en suave pendiente descendente hacia el Sur. Se sitúa en la zona meridional, junto a los restos del convento franciscano; el acceso principal es desde la calle Pablo Pérez, que abre en una pequeña plazoleta, de la que bifurcan las dos calles que articulan el Barrio. El plano es muy sencillo de tipo lineal, dos arterias principales, de la Reina y del Príncipe, determinan la estructura urbana, con predominio de rúas rectas. De la calle la Reina parten otras dos vías, Buenavista, que es perpendicular, y San Antonio.

Su arquitectura es de tipo humilde, de poca calidad y vacía de ornatos, sin elementos que destacar. En muchos casos se hace difícil la habitabilidad, debido a la escasez de espacio disponible en los interiores, la mayoría son de una planta, algunas disponen de un bajo cubierta, se une a ello la pobreza de materiales que no cumplen con las exigencias de la vida actual, pudiendo considerarse infraviviendas. Las edificaciones se disponen adosadas en hilera.

La construcción del barrio se remonta a mediados del siglo XIX, recogido y diferenciado en la cartografía de Francisco Coello de Portugal y Quesada.

A modo de conclusión, es posible afirmar que, seguramente, el actual trazado del pueblo, aunque con orígenes medievales, se hizo fundamentalmente a finales del siglo XV y durante todo el siglo XVI, época a la que pertenecen la mayoría de las edificaciones, que siguieron construyéndose y reformándose en los siglos XVII y XVIII.

— Descripción del Conjunto Histórico.

a) Bienes de interés cultural incluidos dentro del perímetro delimitado del conjunto histórico:

Iglesia Nuestra Señora del Buen Varón, Monumento por Decreto 102/2018, de 3 de julio.

Crucero, bien de interés cultural por la disposición adicional segunda de la Ley 2/1999, de 29 de marzo.

Escudos, bien de interés cultural por la disposición adicional segunda de la Ley 2/1999, de 29 de marzo.

a.1) Iglesia Nuestra Señora del Buen Varón (Plano parcial 1, n.º 1).

De gran interés artístico, ejecutada íntegramente en excelentes piezas de sillería, con elementos de distintos estilos y etapas. La iglesia está ubicada en el centro del pueblo, abriendo su potente mole a tres amplias plazas.

La planta, orientada de este a oeste, es rectangular, el ábside más estrecho y con testero plano. Por el lado de la epístola, junto al presbiterio, se dispone la sacristía; a los pies del templo la airosa y esbelta torre, en la esquina noroeste.

El edificio, salvo algunos de sus elementos tardorrománicos reaprovechados de un templo anterior, se comenzó a finales del siglo XV o comienzos del XVI, iniciándose por la cabecera, como lo demuestra la imposta decorada con bolas de estilo hispanoflamenco dispuesta en la zona baja de los muros del ábside (García Mogollón, 2009).

El acceso al interior del templo se realiza por tres portadas situadas al norte, sur y oeste. La principal abre a la Plaza Mayor, se dispone en un muro de piedra de textura y coloración más oscura, y por tanto diferente a los restantes del edificio. Todo ello indica una cronología bastante más antigua para la zona inferior del paramento de poniente (García Mogollón, 2006). La mencionada puerta es una de las escasas muestras tardorrománicas extremeñas, probablemente de la primera mitad del siglo XIII (García Mogollón, 2009).

Las otras dos portadas son bastante más sencillas. La del lado norte, conocida como de San Pedro, abre en arco apuntado gótico con tres arquivoltas, se encuadra en un quebrado alfiz. La del flanco sur, o de San Ildefonso, es más monumental, se accede mediante una escalinata.

El interior del templo es de bastante amplitud, ordenado en una sola nave, a la que se añade la capilla mayor. Elevado a los pies del templo se dispone un amplio coro renacentista, construido con excelente piedra de cantería.

Custodia la iglesia importantes piezas artísticas. La principal de ellas es el espléndido y barroco retablo mayor, que se dispone en la cabecera eclesial. Preside dicho retablo la imagen de Nuestra Señora del Buen Varón, cuya cronología se estima en la primera mitad del siglo XIII.

a.2) Cruceros.

Frente a la ermita del Cristo se dispone un crucero de piedra de finales del siglo XVI o comienzos del XVII. Se levanta sobre un basamento de cuatro peldaños, de planta cuadrangular, una columna lisa con capitel de inspiración jónica, rematada en cruz.

Al comienzo de la calle Pablo Pérez, frente a los restos del convento del Espíritu Santo, se sitúa otro crucero elaborado con piezas de granito. Sobre un basamento de tres gradas, compuestas por piezas de cantería, se dispone una columna de fuste liso, con basa de tipo geométrico troncopiramidal, rematada en cruz latina colocada sin elemento de transición, directamente sobre el fuste. Cuatro basamentos alrededor del crucero podrían haber sostenido un pórtico, hoy desaparecido (García Mogollón, 2009).

Otro bello crucero ejecutado en piedra granítica se sitúa en el interior del núcleo urbano de Hoyos, en la plaza Capilla, conocido como Cruz de la Nava ; anteriormente estuvo ubicado en las afueras de la población, cerca del actual cuartel de la Guardia Civil. Se trata de una columna de fuste liso, con capitel inspirado en el orden jónico y decorada con jarrón de azucenas, alusivo a la Virgen María. Rematada en esquemática cruz, se dispone sobre dos gradas. Se data a finales del siglo XVI.

b) Bienes de relevancia existentes dentro de los límites del sitio histórico.

La arquitectura nobiliaria y la religiosa también forma parte de un momento y una época histórica. Los estilos que imperaron entre los siglos XIV y XX, tendrán en esta villa ejemplos muy destacados en el sitio histórico.

En el entramado viario se levantan varios edificios religiosos singulares, entre los que destacan:

b.1) Conventos:

Convento del Espíritu Santo (Plano parcial 1, n.º 2).

Edificio singular situado a las afueras de la población, en la actualidad se encuentra expoliado y los pocos restos que conserva están en ruina, sólo son reconocibles la iglesia y los cimientos del claustro con sus puertas de acceso. Pertenecía a la provincia franciscana de San Miguel y fue fundado por Pablo Pérez, vecino de Hoyos, que intervino en la conquista del Perú junto a Pizarro, donde se enriqueció.

El templo monástico se levantó con piedra de sillería al exterior y mampostería gruesa por el interior. De los restos conservados destacan los muros de la cabecera, los pies y el costado del evangelio. Del paramento de la epístola hay escasos restos; se disponen en él unos curiosos huecos como si fuesen confesionarios, con dos puertas, una da paso al claustro y la otra a la iglesia. Había en este muro dos puertas, una adintelada, junto a la cabecera, no se conservan restos, la otra, a la que se accede por una escalinata, a los pies.

De los restos conservados el de mayor interés es el muro del evangelio, se mantiene casi íntegro. Está reforzado con cinco berroqueños contrafuertes que contrarrestaban los empujes de las desaparecidas bóvedas; se mantiene la portada que daba entrada al templo desde la calle, a la que se accedía a través de unas escaleras, en la actualidad desaparecidas. Abre en arco de medio punto compuesto por grandes dovelas, remata en un escudo de granito alusivo al fundador Pablo Pérez, cuyo nombre vemos en el epígrafe dispuesto sobre el blasón: PABLOS/PEREZ 1641 (García Mogollón, 2009).

Por el interior, el templo se ordenaba en una sola nave de tres tramos a los que se añadía la capilla mayor. De la cubrición del espacio no se conservan restos, aunque se cree que debió ser con bóvedas de crucería.

La tribuna coral se disponía a los pies, sin vestigios, salvo los arranques de las bóvedas de arista.

La sacristía se situaba en el lado de la Epístola, junto al ábside.

Del claustro, aunque se encuentra arrasado, se aprecia su amplitud. Se conservan los pasillos de las cuatro crujías y la bandeja central del jardín. Su acceso se realizaba a través de una puerta abierta en el muro norte; a su alrededor se disponían las dependencias conventuales y la extensa huerta, por la documentación se sabe que tenía una pequeña capilla dedicada a la Virgen de la Soledad.

Según manifiesta el profesor García Mogollón, que ha manejado datos de archivo, presenta el monasterio varias fases constructivas. En 1556 ya existía una iglesia conventual de pequeñas dimensiones, el monasterio comenzaba a construirse; en años posteriores se irá ampliando. Los trabajos esenciales se llevaron a cabo entre los años 1596 y 1641 (la última es la fecha que aparece en el escudo de la portada). En el siglo XVIII se siguen realizando reparaciones puntuales y pequeñas intervenciones.

En lo referente al mobiliario artístico que pudo acoger el convento se desconoce la mayoría del contenido. Se cree que algunas de las piezas pueden estar recogidas en el templo parroquial, como una Inmaculada Concepción del siglo XVIII.

b.2) Iglesias, ermitas y capillas:

Ermita del Cristo Bendito del Valle (Plano parcial 1, n.º 3).

Situada al lado de la carretera de Cilleros, es citada ya en 1594. Según García Mogollón, coincide con la que se conocía como del Humilladero. Este pequeño edificio se levanta con piezas de sillería. Cuatro contrafuertes en esquina sustentan una cornisa que porta en los cuatro frentes sendos rostros humanos. Remata en una cubierta a cuatro aguas. Protegiendo la puerta de acceso, en arco de medio punto, se disponía un tejaroz, del que únicamente se conservan las basas de las columnas que lo sustentaban. El interior se cubre con una cúpula que apoya sobre pechinas, aunque conserva los jarjamentos de una anterior cubrición con bóveda de crucería gótica. Acoge la imagen de un Crucificado, muy modificado, posiblemente bajo los repintes se encuentre una obra del siglo XVII.

b.3) Hospitales:

Hospital.

Se sabe que existía un Hospital, con la advocación de Nuestra Señora del Arroyo, fundado por Pablo Pérez y dependiente de la parroquia. En cuanto a la cronología se conoce ya su existencia en el año 1566 (García Mogollón, 2009).

b.4) Arquitectura Residencial Nobiliaria y Arquitectura tradicional.

Hoyos es una bella población donde al atractivo de algunos edificios singulares, de tipo religioso, se suma una importante arquitectura civil formada por la íntima fusión de construcciones señoriales con otras de carácter popular y doméstico, dando como resultado manifestaciones de gran interés.

b.4.1.) Edificios de carácter señorial. Edificaciones destacadas.

Es la arquitectura civil lo que diferencia esta población de las del resto de Sierra de Gata. Se da una gran concentración de edificios de tipo palaciego, en los que debieron trabajar los maestros y canteros que intervenían en la construcción de la catedral de Coria durante estos siglos a iniciativa de las dignidades eclesiásticas del obispado, como ya se ha apuntado, fue Hoyos su residencia veraniega.

Existe un predominio de grandes casonas de tres plantas y aspecto nobiliario. Sobresalen las fachadas levantadas con piezas de sillería bien escuadradas, con amplios portalones, adintelados; más numerosos los de medio punto, con largas dovelas, a veces enmarcadas en alfiz. Estas fachadas suelen estar ornadas con detalles de carácter erudito: escudos, elementos avenerados, alfices, balaustres y columnas, cartelas, puntas de diamantes, etc. En la planta alta se abren balcones y ventanas, geminadas en muchos casos. Especialmente atractivas son las ventanas de esquina, ya sean adinteladas o de medio punto, siguiendo el modelo extendido en otras localidades extremeñas como Cáceres, Plasencia, Trujillo, Brozas o Alcántara. También es frecuente la presencia de ventanas con arcos conopiales y mixtilíneos. En ocasiones, se añaden blasones nobiliarios e inscripciones en dinteles. Destacan, en la parte trasera de algunas casonas, amplias logias o solanas, que suelen disponerse en dos pisos y apoyan sobre columnas; casos similares se encuentran en las cercanas poblaciones de Acebo o Villasbuenas de Gata.

La mayor concentración de esta tipología de edificaciones de carácter señorial se registra en la calle Obispo Álvarez de Castro. Los ejemplos más destacados se citan a continuación:

Calle Obispo Álvarez de Castro n.º 1: casona levantada con potente sillería de granito. El portón abre en arco de medio punto compuesto por largo y potente dovelaje, destaca en fachada principal una interesante ventana bífora abierta en doble arcada de medio punto que descansa en fina columnita con capitel bellamente decorado.

Calle Obispo Álvarez de Castro n.º 3 (Plano parcial 1, n.º 6): esquina con la calle San Lino: con un amplio acceso en arco de medio punto de largas dovelas graníticas. Se aprecian importantes modificaciones en la fachada principal, más significativas en la zona superior. La parte izquierda mantiene su primitiva composición a base de sillares bien escuadrados. En planta primera, una espléndida ventana geminada, con arcos de medio punto polilobulados, de tracería goticista, ménsula central y escudete de mármol en la enjuta que porta una esquemática flor de lis. En planta baja, otra bella ventana angular adintelada, parcialmente cegada, enmarcada con casetones e inscripción en el dintel: SOLI DEO HON / NOR. ET GLORIA / NSO (García Mogollón, 2009).

Calle Obispo Álvarez de Castro n.º 5: con portón abierto en vano de medio punto. Destaca en su fachada principal un pequeño escudo granítico decorado con el jarrón de azucenas alusivo a la Virgen María.

Calle Obispo Álvarez de Castro n.º 6: una de las viviendas más interesantes de esta vía. En ella fue asesinado el prelado Álvarez de Castro. Una placa de bronce, dispuesta en la fachada, recuerda este hecho. La vivienda es de grandes dimensiones. Se levanta en gruesa mampostería granítica, que en la actualidad permanece vista, distorsionando la imagen original del edificio. Sobresalen en fachada principal grandes huecos regularizados, adintelados y recercados con piezas graníticas. Los balcones presentan bandejas bellamente ornamentadas. Remata el conjunto un antepecho corrido.

Calle Obispo Álvarez de Castro n.º 10 (Plano parcial 1, n.º 13): un bello palacete con fachada de sillería. Abre en portada de medio punto con las enjutas almohadilladas, cobijado por un alfiz. Sobre dicha portada, dos bellos escudos, el superior con inscripción alusiva a los antiguos propietarios: ARMAS DE LOS SEÑORES FERNANDEZ DE VALENCIA . El dispuesto en un nivel más bajo de la fachada ostenta en su campo una flor de lis y dos aspas con bordura sotuers (García Mogollón, 2009). Una bella ventana en esquina, decorada con orejeras y timbrada con blasón, se dispone en planta primera.

Calle Obispo Álvarez de Castro n.º 12 y n.º 18: dos interesantes muestras de ventanas goticistas, con ménsulas graníticas decoradas, a ambos lados de las mismas.

Calle Obispo Álvarez de Castro n.º 15: levantada en sillería, con enorme desarrollo de las dovelas del portón.

Calle Obispo Álvarez de Castro n.º 36 (Plano parcial 1, n.º 5): la vivienda se levanta con fábrica de sillares combinada con sillarejos. Presenta dos vanos en arcos carpanel, las dovelas de larguísima traza. En ella se localiza una muestra de ventana geminada (un arco de medio punto acoge otros dos mixtilíneos con típica decoración renacentistas de temática floral y minúsculas bolas). En el piso alto, un balcón corrido, que ocupa toda la fachada, con degradante bandeja de bovedillas de hormigón, queda resguardado bajo un amplio alero.

Calle Obispo Álvarez de Castro, n.º 40 esquina con la calle del Chorro (Plano parcial 1, n.º 4): espléndida mansión con la más bella muestra de ventana angular de Hoyos. Arcos de medio punto recogen sendos mixtilíneos, decorados con pequeñas bolas, que apoyan en centrada columnita toscana. Recorre la composición una ornamentación a base de sogueado.

Calle Obispo Álvarez de Castro n.º 27: íntegramente levantada en sillería.

En la calle Pizarro, paralela a la Álvarez de Castro, se aprecian excelentes casonas con fachadas íntegramente de sillería:

Calle Pizarro n.º 23 (Plano parcial 1, n.º 18): presenta un amplio portón en arco de medio punto con gran desarrollo del dovelaje. Destacan la calidad de las piezas de cantería tanto las de fachada como las dispuestas en los alféizares de los vanos, de excelente traza.

En la calle Hernán Cortés, que enlaza con la anterior y discurre descendente hacia el convento, también hay buenos ejemplos de casas señoriales. Varias viviendas, aunque son de tipología popular, presentan también elementos de la arquitectura culta, algunas de ellas timbradas con escudos, como las que referimos a continuación:

Calle Hernán Cortés n.º 5: exhibe un escudete de aspas, dos flores de lis y el mismo número de rosetas.

Calle Hernán Cortés n.º 11: otra casa timbrada con veneras.

Calle Hernán Cortés n.º 21: destaca el enorme desarrollo del arco de medio punto que da acceso a los espacios agroganaderos. Las dovelas ocupan casi la totalidad de la planta baja del inmueble, resultando una interesante muestra de arquitectura popular combinada con elementos tomados de la arquitectura culta.

Calle Hernán Cortés n.º 9: una interesante ventana goticista en planta primera y en la planta alta una solana de tradición popular.

Al final de la calle, en los números 26 y 28, dos mansiones con fachadas de excelente piedra de sillar. La número 28 combina sillares con sillarejo. En la actualidad ambas están reformadas. Frente a las casas anteriores se puede ver otra vivienda con una bellísima solana de grandes dimensiones que apoya sobre columnas; los muros decorados con bellos esgrafiados.

Frente al convento franciscano, en la calle Pablo Pérez, se sitúa un conjunto de cinco edificaciones adosadas, de tres plantas (Plano Parcial 1, n.º 18). Destaca la homogeneidad de su construcción, en fábrica de mampostería granítica, sin revestir los pisos superiores. La planta baja es de sillería, al igual que los esquinazos, dinteles y jambas. Parece evidente su relación con el convento, como un anejo del mismo; posiblemente para su construcción se reaprovechó material proveniente del mismo. En cuanto a la datación, se cree probable la fecha de 1853, dispuesta en uno de los dinteles de la casa (García Mogollón, 2009).

Perpendicular a la calle Derecha Baja parte la rúa los Álamos, con interesantes muestras arquitectónicas:

Calle Álamos n.º 1 (Plano parcial 1, n.º 10): una espléndida vivienda de tres pisos levantada en sillería granítica. Dispone en planta baja de dos portadas de acceso, la de subida a los pisos superiores adintelada, descansa en ménsulas decoradas en forma de ese y el dintel ornado con tres bellas veneras inscritas en círculo. El portón abre en arco carpanel con las jambas y la rosca del arco cajeadas. En planta primera, una bella ventana bífora, con arcos de medio punto y columnilla abalaustrada. En la fachada posterior presenta una galería dispuesta sobre columnas.

Calle Álamos n.º 3 (Plano parcial 1, n.º 11): de características similares a la anterior, con fachada de sillar alternando con sillarejo. En algunas zonas el aparejo se encuentra revestido con mortero de cal, dejando parcialmente vista la piedra. Destacan en fachada una serie de esgrafiados en blanco y otros policromados de variada temática: una cruz sobre peana, flor de seis pétalos inscrita en círculo y encintado de falsa sillería de variado diseño. En la planta baja, tres vanos adintelados, el antiguo portón se ha trasformado en una ventana. En planta primera, dos vanos de interés, un balcón con bandeja de granito que apoya sobre grandes mensulones ornamentados y una ventana con un bello alfeizar. En el piso alto, en lo que parece un recrecido posterior, se sitúan dos vanos, uno de ellos con destacado alfeizar, posiblemente sea pieza reaprovechada, decorada con una cruz de Malta.

En otras vías del parcelario se encentran igualmente viviendas de similares características, de entre ellas destacamos:

Calle Portugal n.º 4: aunque algo transformada, conserva elementos de interés como el portón de acceso en medio punto con gran dovelaje granítico. Se levanta con buenas piezas de sillería granítica, las dos primeras plantas; la última enfoscada con mortero de cal con despiece de falsa sillería.

Calle Portugal n.º 9 (Plano parcial 1, n.º 17): levantada con piezas de granito combinando sillares y sillarejo. Presenta amplio portalón en arco de medio punto compuesto por largas dovelas. Consta de dos bellas ventanas bíforas, con balaustre central decorado la de planta intermedia y una columnilla la del ático.

Calle del Chorro n.º 7: muy transformada, de tres plantas. Conserva una bella portada en arco de medio punto granítico con el intradós cajeado.

Calle del Chorro n.º 11: aunque algo degradada por el parcheado de cemento en fachada principal, conserva elementos de interés. En el dintel del portón, una cruz latina tallada entre la que se dispone la fecha 1686. Una inscripción más se ordena sobre el dintel de un vano de planta primera: IHS + MAR/JVAN REQIXO HURONES (García Mogollón, 2009).

Calle del Cristo n.º 4 y 6: dos mansiones con fachadas de sillería y grandes portadas de medio punto con el característico desarrollo en las dovelas.

Calle del Cristo n.º 10 (Plano parcial 1, n.º 6): una mansión de tres plantas, con un curioso epígrafe de carácter religioso dispuesto sobre el dintel del balcón de planta primera, que a su vez preside una cruz: IN HOC SIGNO VINCES 1693 (García Mogollón, 2009). Presenta la vivienda dos puertas adinteladas, una de ellas parcialmente cegada para su transformación en ventana. En el portón destaca un grueso dintel de granito. En planta alta se dispone un espacio de solana. Se levanta en gruesa mampostería de granito recubierta en fachada principal con esgrafiado encintando, imitando sillería, a excepción del recercado de vanos y el esquinazo, con regulares piezas de cantería.

Calle Derecha Baja, n.º 1 (Plano parcial 1, n.º 12): es de tres pisos, dispuesta al lado de la Plaza Mayor. Se levanta en piezas de sillería granítica y presenta dos bellísimas puertas de acceso en arcos escarzanos, ambas ornadas con casetones; la de entrada a los pisos superiores, originariamente parece que fue ventana. Rellenan los casetones puntas de diamante. El acceso a la planta baja, a través de un portón, se timbra con una inscripción IHS , en la actualidad oculta tras un rótulo publicitario.

Calle Derecha Baja, n.º 3: las puertas de acceso a los espacios agroganaderos son adinteladas y están decoradas con talladas mensulillas en los ángulos.

Calle Derecha Baja, n.º 17 (Plano parcial 1, n.º 17): gran casona de tres plantas. Destaca su fachada principal con acabado en bello esgrafiado decorado con piezas de falsa sillería. Un potente balcón se dispone en planta primera, con bandeja granítica sobre mensulones de cantería y ornada balaustrada de forja.

Calle Derecha Baja, n.º 23 (Casa del Deán): de tres plantas, la inferior de sillería se abre en dos grandes vanos de medio punto compuestos por dovelones. Los pisos superiores, enfoscados y pintados de blanco, a excepción de los vanos que aparecen recercados con piezas graníticas. En primera planta, un bello balcón corrido ocupa toda la fachada, con ornada bandeja granítica. La cierra una excepcional baranda de forja, bellamente decorada. Piezas excepcionales son 4 gárgolas de hierro, de las que sólo se conservan dos, de tipología animalística, dispuestas en la cornisa. Centrado, entre las plantas superiores, se sitúa un escudo de granito con yelmo, al que parece faltarle la pieza central.

Calle Derecha Baja, n.º 24: inmueble del que sólo resta parte de la fachada y algunas de sus dependencias. Presenta una amplia portada de medio punto, de grandes dovelas, timbrada por escudo con flor de lis, al lado, otro blasón con una pequeña aspa.

Calle Espronceda (Casa Parroquial): presenta en fachada principal una cartela ornada con escudo que porta dos llaves cruzadas, un cáliz y la sagrada forma. Al lado del escudo, un epígrafe ilegible, que en un momento indeterminado se picó intencionadamente. Muestra un ornado balcón, con arcos mixtilíneos de carácter erudito. Era una gran casona de tres plantas, en la actualidad se encuentra en situación de semirruina.

Calle San Lino n.º 2: esta rúa es perpendicular a la Álvarez de Castro. Aquí se ubica una espléndida mansión de tres pisos con gran portada que abre en arco de medio punto timbrada con el monograma IHS y una cruz grabados. Destaca en el primer piso un bello balcón compuesto por talladas piezas de cantería en la bandeja y ornada baranda de forja. Del espacioso zaguán interior arranca una bella escalera de cantería con columna central.

Otras viviendas dispuestas por diferentes calles no dejan de estar salpicadas de distintos elementos aislados como ventanas, blasones y demás componentes decorativos, similares a los ya reseñados.

b.4.2) Arquitectura de tipo tradicional serrana. Edificaciones destacadas.

Junto al anterior tipo de arquitectura de carácter señorial y nobiliar, discurren por el entramado urbano edificios con rasgos característicos de la arquitectura serrana de tipo popular, de las que conserva Hoyos edificios de interés.

Son más abundantes las viviendas de tres plantas, aunque también las hay de dos. Se combinan los muros levantados con piezas de sillares bien escuadrados, o a base de gruesa mampostería enripiada y rejuntada. En los pisos superiores, la mampostería suele enfoscarse con revocos de cal. Hay también ejemplos de arquitectura entramada, donde los pisos superiores, a veces con los entrepaños de adobes, vuelan sobre las vigas de piso, que suelen terminar en rudimentarios y esquemáticos canes. Tales viviendas solían disponer de balcones lignarios, a veces, con pronunciados aleros de madera. Muchos de ellos han desaparecido y han sido sustituidos por antiestéticas bandejas de cemento y las cubriciones de madera, en algunos inmuebles se han sustituido por forjados de hormigón.

Las cubiertas se ejecutan con material lignario de rollizo, tabla ripia y teja cerámica curva del tipo árabe.

Muchas de estas viviendas de carácter popular se embellecen con detalles tomados de la arquitectura culta, que se disponen por la fachada principal en dinteles, jambas, bandejas, etc., en todo caso resultan ejemplos atractivos por la singularidad de las combinaciones.

Destacan en fachadas los huecos en los que sobresalen jambas y dinteles graníticos. Los grandes vanos se disponen en planta baja, con dos accesos, el mayor para los espacios agropecuarios, suelen situarse en un nivel inferior, y la de menor amplitud de subida a los espacios habitacionales. En la planta primera un balcón o ventana y en la superior ventana, solana o balcón, en muchas ocasiones ocupa todo el ancho de la fachada.

Elementos singulares son también las piezas de cantería que se sitúan en algunas fachadas, a los lados de los vanos, a modo de ménsulas, conocidas popularmente como alpoyatas algunas bellamente labradas, que tenían diversas funciones, como la de secadero, para airear ciertos productos, etc.

La distribución funcional de las viviendas es la típica serrana: dependencias agropecuarias, cuadra/bodega, en planta baja, excepcionalmente poseen zaguanes. Los pisos altos destinados a espacios habitacionales y domésticos, sala y alcobas en el primer piso y en el superior las cocinas matanceras y dependencias para el almacenamiento.

En el interior de los inmuebles la separación de pisos suele ejecutarse con forjados lignarios, en general, bien trabajados, con vigas y cuartones de cinta y saetino, también los hay de acabados más toscos. Para la distribución de los espacios suele emplearse el entramado de madera cuajado de adobes, enfoscado, de variada calidad y encalado.

Ejemplos destacados de la tipología arquitectónica de entramado de madera los encontramos en dos viviendas que bifurcan a las calles Álvarez de Castro, en los números 57 y 61, y Los Molinos, recientemente rehabilitadas. Son muestras a caballo entre los modelos serranos y los entramados: la planta baja se levanta en gruesa y tosca mampostería de granito; los vanos son escasos y cierran con sumarios dinteles lignarios. El piso superior vuela sobre una cornisa de esquemáticos canes de madera, que son la prolongación de las vigas de piso, la estructura es de madera con los entrepaños cuajados de adobes. En la actualidad, las estructuras se han recubierto con revocos de cal, que es el característico sistema de arquitectura entramada.

Particular encanto tiene una vivienda de carácter popular, de tres plantas, sita en la Plaza de la Paz, n.º 6, recientemente rehabilitada. Destacan en su fachada principal esgrafiados de variado diseño, los de planta baja son de tipo epigráfico, mezclados con formas florales, recoge la fecha de 1863 , alusiva a una reforma. De carácter ingenuista, las dos aves representadas en la planta primera, junto a una flor de seis pétalos, motivo decorativo muy repetido en la Sierra de Gata.

b.4.3) Barrio del Escobar.

Aunque separado del núcleo principal del conjunto urbano, forma parte indisoluble del mismo.

Por la tipología arquitectónica de sus viviendas lo encuadramos dentro de la arquitectura popular, pero con ciertas singularidades respecto al resto del conjunto urbano.

Destacamos de estos edificios, por una parte, la pobreza de las construcciones, no hay ningún elemento reseñable que no sea el funcional y por otra la economía de los espacios. Es, en definitiva, el instinto popular de aprovechar lo escaso y convertir en ventajas las limitaciones: la piedra y la cal, los muros gruesos que aíslan igual del calor que del frío; las ventanas pequeñas distribuidas según un orden irregular en relación con la inclinación de los rayos solares, no hay en ellas ninguna concesión al capricho ni a la ostentación todo se hace imprescindible.

En cuanto a la tipología de vivienda del Barrio del Escobar, se resuelve con estructuras de mampostería de granito enripiada, no suele presentarse enfoscada, dejando vistos los mampuestos. Los huecos son mínimos; en fachada principal únicamente la puerta de acceso y un vano reducido, a modo de ventanuco en fachada trasera, que suele dar luz al espacio de sala; los dinteles son de madera. Hay un predominio del macizo sobre el vano. La cubierta presenta forjados de madera de acabado tosco con vigas y cuartones en rollizo; la tabla ripia sin cuajar. El cerramiento con teja cerámica curva del tipo árabe.

Es también característica la escasez de espacio en el interior, la mayoría de una sola planta, excepcionalmente disponen de un bajo cubierta y algunas viviendas más evolucionadas presentan sala con dos alcobas.

El uso del espacio de cuadra no queda diferenciado en planta con el habitacional.

b.5) Otros bienes patrimoniales destacados.

Vía Crucis.

Elemento de interés es un Vía Crucis pétreo que se encuentra diseminado por algunas calles del pueblo. Las cruces latinas marcan un recorrido que muere en el conocido como sitio del Calvario, a las afueras del núcleo poblacional, en una zona de expansión en la que se encuentran edificios con funciones de equipamiento.

Las cruces están ejecutadas con sencillas piezas graníticas, la mayoría sin labra. Todas se disponen sobre una peana de piedra, apoyada sobre la tierra o en roca viva, a excepción del Calvario que descansa sobre un basamento de tres gradas escalonadas de sillares graníticos. La cruz central presenta los brazos menores tallados y en la peana de la cruz central hay una cartela que pudiera contener una inscripción, ilegible debido a su alto grado de erosión. Su cronología es atemporal, aunque es probable que su origen se remonte al siglo XIX.

Molino de Santa Catalina.

Aunque situado fuera de la delimitación del Conjunto Histórico y su entorno de protección, nos parece interesante incluir el denominado Molino de Santa Catalina, se dispone a unos 500 metros a la salida de Hoyos, en la carretera Hoyos-Cilleros. Dispone de varias dependencias asociadas a la actividad del molino: la extracción de aceite. El acceso a las mismas se realiza a través de un portón con dintel de madera y jambas graníticas. Sobrepasado el portón, se disponen una serie de estancias, la mayoría en mal estado de conservación. Destaca por su entidad el acueducto, una espléndida construcción de unos 170 metros de longitud que transportaba el agua desde el depósito hasta el molino. Se levanta, al igual que el resto de las construcciones en mampostería de granito enripiada. Al otro lado de este, dispuestas en dos niveles comunicados por una escalera de cantería, las diversas dependencias que conforman la construcción hidraúlica. Los corrales se sitúan contiguos por el sur y presentan planta alargada.

ANEXO IV

CRITERIOS PARA LA PROTECCIÓN DEL CONJUNTO HISTÓRICO Y SU ENTORNO

1. Régimen general de intervenciones en el Conjunto Histórico.

Los criterios recogidos en este Anexo tienen por objetivo regular la conservación, protección, investigación y defensa de los valores del Conjunto Histórico y de los bienes de alto valor patrimonial que integran el mismo hasta la aprobación del necesario Plan Especial de protección u otro instrumento de planeamiento, en virtud de lo establecido en el artículo 40 y siguientes de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura.

Con carácter general, las actuaciones a realizar en el Conjunto Histórico están sujetos a lo dispuesto en el título II, capítulo II de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, en el que se regula la Protección, conservación y mejora de los bienes inmuebles, en lo relativo a la autorización de intervenciones (artículo 31), contenido de los proyectos de intervención (artículo 32), criterios de intervención (artículo 33), procedimiento para la obtención de autorizaciones y de licencia urbanística (artículo 34) y tramitación de expedientes de ruina (artículo 35). También estarán determinadas por lo preceptuado en el título III, de la misma que regula el Patrimonio Arqueológico.

2. Régimen de protección de los monumentos que integran el Conjunto Histórico.

Con carácter general, las actuaciones a realizar en el bien declarado están sujetos a lo dispuesto en el título II, capítulo II de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, en el que se regula la protección, conservación y mejora de los bienes inmuebles, sección 2ª, Régimen de Monumentos. Las actuaciones también quedarán sujetas a lo dispuesto el régimen tutelar establecido en el título III de la Ley 2/1999, de 29 de marzo.

3. Usos permitidos en el Conjunto Histórico y su entorno.

Los usos permitidos serán todos aquellos que sean compatibles con la investigación, la conservación, la puesta en valor y el disfrute del Bien y contribuyan a la consecución de dichos fines. En ningún caso, los usos permitidos podrán alterar su valor patrimonial. La autorización particularizada de uso que se emita se regirá por el artículo 31 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo.

4. Patrimonio arqueológico.

En cualquier intervención que afecte al subsuelo de los ámbitos protegidos resultará de aplicación lo establecido en la Ley 2/1999, de 29 de marzo, para la salvaguarda del patrimonio arqueológico.

Las actuaciones a desarrollar en los terrenos e inmuebles con valor patrimonial que integran el Conjunto Histórico y su entorno serán objeto necesariamente de una intervención arqueológica de carácter preventivo, en el sentido que regula el artículo 52.1.b) de la Ley 2/1999, de 29 de marzo.

Así, los proyectos de obras que afecten a alguno de los bienes inmuebles, elementos patrimoniales o arqueológicos que se enumeran y describen en este documento, tanto en la zona Bien de Interés Cultural como en su Entorno, han de incluir un estudio histórico-arqueológico del elemento de referencia y una evaluación del posible impacto que dicho proyecto podría producir a las estructuras y otros vestigios que allí se localizan, de cara a que el organismo o administración competente pueda establecer aquellas medidas que garanticen una mejor salvaguarda de los mismos.

En el caso de que se prevean remociones de tierra bajo cota de rasante natural en alguno de esos elementos más relevantes, como norma general será obligatoria la realización de una intervención arqueológica de la zona afectada por el proyecto de referencia.

Por otro lado, todas las obras las de nueva edificación, urbanización e infraestructuras que impliquen la remoción del subsuelo dentro de los límites del Conjunto Histórico, con carácter previo al inicio de las obras se deberán realizar sondeos arqueológicos con medios mecánicos que abarcarán la totalidad de la superficie de actuación prevista por las obras. En el caso de que los sondeos den resultado positivo será indispensable la excavación arqueológica de la zona afectada por el proyecto de referencia, o en su caso la modificación del proyecto de obras a realizar, al objeto de salvaguardar y/o integrar la mayor parte de los restos o vestigios que aparezcan.

En ambos casos, será necesario realizar un seguimiento arqueológico preventivo de las obras autorizadas hasta que se extinga el riesgo de afección patrimonial que éstas puedan producir.

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