Barbón valora la apuesta comunitaria para garantizar la transformación del tejido industrial a través del Fondo de Transición Justa, que dejará 263 millones en el Principado
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"El futuro de nuestra economía, de Asturias y de España, pasa por unirnos aún más en el proyecto europeo", asegura el jefe del Ejecutivo
El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha valorado hoy la apuesta y la solidaridad de la Unión Europea para garantizar la transformación del tejido industrial a través del Fondo de Transición Justa (FTJ), una herramienta financiera que dejará casi 263 millones en Asturias, la comunidad que más recursos recibirá, como territorio especialmente afectado por el cierre de minas y centrales térmicas de carbón.
Barbón ha comparecido en rueda de prensa tras reunirse con la comisaria europea de Cohesión y Reformas, la portuguesa Elisa Ferreira, y ha repasado los cambios que ha experimentado el Principado gracias al proyecto comunitario, hasta converger con la Unión Europea en cuanto a producto interior bruto (PIB) per cápita, y lograr la transformación de unos servicios públicos "que hoy son de mejor calidad".
Durante su intervención, el jefe del Ejecutivo ha destacado la adecuada gestión de los fondos comunitarios que realiza la comunidad y que queda reflejada, según ha recordado, en informes como el emitido recientemente por el Centro Común de Investigación, organismo dependiente de la Comisión Europea, que sitúa Asturias a la cabeza de España en la capacidad de absorción de las ayudas estructurales del programa operativo 2014-2020. El Principado figura en ese estudio ente las cinco autonomías más diligentes, junto con La Rioja, Cantabria, Galicia y Canarias. El presidente también ha apuntado que hasta ahora se han movilizado 480 millones de los fondos Next Generation, lo que implica un porcentaje del 73% respecto a los 661 millones recibidos.
"El futuro de nuestra economía, de Asturias y de España, pasa por unirnos aún más en el proyecto europeo", ha añadido Barbón. A su juicio, la Unión Europea ha de estar a la vanguardia de la cohesión entre territorios, trabajar para reducir desigualdades y transformar la economía para que sea más dinámica y competitiva. "Para seguir siendo útil, el proyecto europeo debe reformarse, reformularse y construirse cada día, pero sin perder su propia identidad", ha advertido.
