Viaducto de Fernandez Casado sobre el embalse Barrios de Luna (León)
Resumen autogenerado por OpenAI
Audios generados (reproducción automática)
Los audios se reproducen de forma automática uno detrás de otro. Haz clic en el icono para descargar el audio o aumentar/disminuir la velocidad de reproducción.
Debido al tamaño del artículo, la generación del audio puede tardar unos segundos y es posible que se generen varios audios para un mismo artículo.

Cruzando el embalse de Barrios de Luna (León) puede contemplarse el espectacular puente de Fernández Casado, construido para permitir el paso de la autopista León-Asturias. Así, forma parte de la autopista AP-66 que sigue el trazado de la Ruta de la Plata, que une Sevilla y Gijón, y se ubica a la altura del antiguo pueblo de San Pedro de Luna, una de las dieciséis localidades que quedaron anegadas por las aguas del embalse.
El diseño y construcción del viaducto, inaugurado en 1983, fue todo un reto en la época por las características del terreno y su difícil emplazamiento, sobre un embalse de márgenes muy abruptas, en las que debían disponerse los accesos a la autopista. Un reto que convirtió a la estructura en un referente de la ingeniería, que en el momento de su inauguración se erigió como el puente atirantado con el mayor vano de España con una luz de 440 metros. Récord que ostentó hasta la inauguración, en septiembre de 2015, del puente de la Constitución de 1812 en la Bahía de Cádiz.
La longitud total de esta estructura atirantada es de unos 643 metros, lo que le permitió ostentar también el récord de longitud de un puente atirantado de hormigón pretensado. Dispone de cuatro carriles para la circulación de vehículos. Está dividido en tres vanos, dos laterales de 66 metros y el central, ya mencionado, de 440 metros, y la anchura es de 22 metros.
El tablero sólo tiene 2,5 metros de canto, lo que proporciona a la estructura una esbeltez que facilita su total integración en el paisaje, convirtiéndolo en una de las más icónicas de la AP-66 junto a los túneles del Negrón. El sistema de construcción que se utilizó fue el de avance en voladizo con dovelas de 4 metros ensambladas con carros de avance.
El viaducto atirantado se caracteriza por su ya mencionada gran esbeltez y sus dos torres de 90 metros de altura sobre el tablero. Sobre la cimentación, las torres tienen diferentes alturas debido a las condiciones del terreno, pero, en cualquier caso, superan los 100 metros de altura (102,3 y 117,3 metros, respectivamente). Cada torre tiene 2×27 tirantes delanteros y 2×28 traseros, lo que suma 220 tirantes en total.
Las torres están formadas por dos pilónos, inclinados en su parte inferior para salvar el tablero y verticales en la superior, unidos entre sí mediante dos riostras: la primera a la altura en que los pilónos cambian de inclinación y la otra a unos 9 m por debajo de la cota superior de la torre. Esta forma viene determinada por el deseo de tener todos los tirantes en un mismo plano vertical, evitando así esfuerzos transversales en los anclajes de la torre
El padre del proyecto fue el prestigioso ingeniero Javier Manterola (17 de junio de 1936-12 de mayo de 2024), que se encuentra entre la élite de la ingeniería internacional y que fue el también artífice del puente de la Constitución. El viaducto recibe el nombre de su mentor, Fernandez Casado, en reconocimiento a su labor docente y a sus numerosas aportaciones innovadoras al mundo de la ingeniería.
Si bien en un inicio se planteó un puente con 15 vanos de 40 metros cada uno, finalmente se escogió la solución atirantada como proyecto definitivo pues permitía independizar sus cimentaciones del embalse y de los problemas geotécnicos de su lecho.
El vano de compensación es pequeño y requirió unos contrapesos que alargaron su luz hasta los 110 metros. Ello vino motivado por el difícil emplazamiento del puente, sobre un embalse de márgenes muy abruptas, en las cuales debían disponerse los accesos de continuidad de la autopista con unos requisitos de diseño poco flexibles. El ajuste hizo necesario ampliar la luz principal, descompensando por lo tanto los vanos laterales y convirtió el puente en un gran reto de proyecto.
En ingeniería, el concepto luz se utiliza para referirse a la distancia que existe entre apoyos de una construcción. Es decir, se emplea para cuantificar la distancia del vano que hay entre dos apoyos.